EL EFECTO ILLA
Efecto Illa es que usted puede cogobernar, sí, pero no poner su toque de queda particular
SABEN a qué me suena el apellido del hasta ahora ministro de Sanidad y futuro pactante con Esquerra a partir del Día de los Enamorados, los enamorados del poder, naturalmente? Me suena a Club de Fans de Isabel Pantoja. Esas admiradoras que dicen que dan dinero encima para aclamarla y vitorearla, y que le limpian la piscina de «Cantora» si hace falta, y cogen una brocha para pintar si se tercia, y sin cobrar un euro, al revés: pasando, aseguran, por taquilla.
—Pepe, hijo, a ver si te buscas un club de fans tan apañado como el de la madre de Kiko Rivera que nos pinte gratis el piso, porque hay que ver el facturón que nos pasaron la última vez.
El grito de guerra de estas desprendidas admiradoras de la madre de Kiko digo que me recuerda al hasta ahora ministro de no hacer nada sobre la pandemia y no dejar hacer. Es como esos pareados malos de las manifestaciones que dirige el inevitable tío del megáfono: «Illa, illa, illa, Pantoja maravilla». Pues don Salvador, al revés. Su paso por el ministerio ha sido de todo, menos una maravilla. Y encima no le han limpiado gratis la piscina. Bueno, sí: ha habido una maravilla. Que al mismo tiempo, y sin renunciar a nada, porque aquí No Passssa Nada, ha sido ministro con atril de propaganda en La Moncloa cada vez que quería salir en la tele para su «aló, presidente» particular, y candidato «in pectore» de Sánchez para presidir la Generalidad catalana. No se sabía si el candidato era el ministro o viceversa, ¿no es eso una maravilla de Illa, homologable a las de la Pantoja y con la misma rima facilona?
Con el exministro en Cataluña buscan que gane el PSC gracias al llamado «efecto Illa». Encuesta que saca Tezanos como master chef de la cocina del CIS da la victoria más que asegurada a Illa: el triunfo del «efecto Illa», qué maravilla de sondeos. Pero sin necesidad de encuestas cocinadas por Tezanos, el «efecto Illa» ya ha ganado a su paso por el Ministerio de Sanidad. Es más: nos ha dejado la rastra del «efecto Illa», que verán en qué consiste, si ha ganado o no y si lo seguimos padeciendo o no.
Efecto Illa es que del mando único contra la pandemia cuando los meses del confinamiento, tras una desescalada en falso, se haya pasado a la ceremonia de la confusión de la cogobernanza de que nadie sabe qué restricciones rigen en cada una de las 17 autonomías.
Efecto Illa es falsear descaradamente el número de muertos, sin que hasta ahora sepamos oficialmente los fallecimientos de esta desgracia.
Efecto Illa es que usted puede cogobernar, sí, pero no poner su toque de queda particular, porque al final aquí quien manda soy yo. Y por eso mismo me voy a Barcelona de candidato, a hacer un pan del constitucionalismo con unas tortas independentistas de los sediciosos presos que hacen tan ricamente campaña del separatismo y serán los que perpetúen a Sánchez en La Moncloa.