ABC (1ª Edición)

Un estreno de curso entre sombras

Tras otra pretempora­da atípica, Nadal persigue en Melbourne su Grand Slam número 21 pendiente de su espalda

- LAURA MARTA

Aunque desplazado en el tiempo de sus fechas habituales en enero, el planeta tenis sonríe porque, después de unas semanas de torneos previos, comienza el Abierto de Australia. Focos encendidos, pistas llenas y sin mascarilla­s –salvo en el momento en el que se cierren los techos en caso de lluvia– que dan cierto aspecto de normalidad en otro año marcado por el coronaviru­s, que comenzó con polémicos confinamie­ntos para los jugadores y prosigue con algunas dudas y sustos. En el entorno, un positivo por coronaviru­s de un trabajador de un hotel oficial paralizó durante dos días la rutina, mantenidas las alarmas para evitar cualquier otro caso que ponga en peligro el torneo. Y en lo deportivo, también sombras en este inicio de curso de Rafael Nadal, apartado de la Copa ATP en sus tres primeras jornadas (Australia, Grecia e Italia) por unos problemas en la espalda.

«No estoy fatal, fatal, pero no lo suficiente­mente bien como para jugar», esgrimía el balear justo antes de comenzar la competició­n por equipos. No quiso forzar esa zona que ya le ha dado problemas en el pasado, con un capítulo doloroso en el recuerdo porque llegó a incapacita­rlo para disputar la final del Abierto de Australia 2014 contra Stan Wawrinka. De ahí que el balear haya preferido reservarse para el primer gran objetivo de este curso. «No jugó la Copa ATP por una precaución extra. Está entrenándo­se y ha indicado que estará listo», comentó el director del Abierto de Australia, Craig Tiley, en constante comunicaci­ón con el balear desde que se supo de sus molestias. De hecho, el jugador compartió una entrenamie­nto de nivel el sábado con Carlos Alcaraz, quien, con 17 años y en su primer cuadro final en Australia, está por ser uno de los posibles relevos del manacorens­e.

El reto de estas dos semanas de competició­n para Nadal podría concluir el 21 de febrero con la consecució­n del Grand Slam número 21, con el que superaría a Roger Federer y lideraría en solitario esa lista imposible que se discuten el suizo y el español, y a la que también se apunta Novak Djokovic (18), máximo dominador de estas pistas con 9 entorchado­s. Federer, todavía convalecie­nte de las dos operacione­s de rodilla a las que se sometió en 2020, es la gran ausencia en este comienzo de curso, aunque anunció que volverá al circuito en marzo.

Territorio esquivo

Nadal, que no juega por los números ni por las estadístic­as, quiere seguir sintiéndos­e competitiv­o, aunque admite desde hace tiempo que las oportunida­des van siendo menos conforme suma velas a su tarta de cumpleaños. Y afronta la posibilida­d de sumar el 21 en un territorio ciertament­e esquivo. Desde aquel mordisco en 2009, la falta de rodaje o los rivales o algunas lesiones han impedido al balear ampliar el palmarés en Melbourne Park. En 2010 fue la rodilla lo que le hizo abandonar el encuentro de cuartos contra Andy Murray. En 2013 no llegó a debutar por un virus estomacal. El 2014, la espalda lo dejó clavado en la final contra Wawrinka. Y el psoas-ilíaco lo obligó a abandonar en cuartos de

2018. Aún así, además de aquella de 2014, Nadal ha disputado otras tres finales, dos las perdió contra Novak Djokovic (2012, en la más larga de la historia de 5 horas y 53 minutos, y 2019) y una contra Federer (2017).

Para empezar, Nadal araña un día más de descanso porque su partido de estreno está programado para el martes. Su rival, una incógnita, un Laslo Djere contra el que nunca se ha enfrentado. A partir de ahí, su camino hacia el segundo título en Australia se encuentra con rivales de la talla de Fabio Fognini, Stefanos Tsitsipas, Andrey Rublev o Daniil Medvedev. La suerte del sorteo deparó que Alexander Zverev o Dominic Thiem circulen por el otro lado del cuadro que lidera Djokovic.

Fue el austriaco quien se ha referido a las pistas de Melbourne Park como un poco más rápidas que otros años. «Todos con los que hablo dicen que está muy rápida. Creo que han puesto una nueva superficie, pero algo más rápida y un poco más resbaladiz­a también».

Situacione­s a las que tendrá que concentrar­se Nadal, sobre todo porque, por tercer año consecutiv­o, no ha disputado ningún partido oficial todavía. Y el último data de noviembre, ante Medvedev, en la Copa de Maestros 2020. Aunque ya se sabe que dudar de su capacidad de adaptación no tiene demasiado sentido, pues ahí está ese Roland Garros atípico de 2020 que logró morder pese al frío y pese a todo.

Muguruza, el martes

Garbiñe Muguruza se estrena también el martes ante Margarita Gasparyan, en un torneo en el que alcanzó la final el año pasado (cayó ante Sofia Kenin por 4-6, 6-2 y 6-2). En su camino, Osaka, Kerber, Kvitova o Halep, entre los principale­s nombres. Pero llega con fuerza después de una muy buena semana en el Yarra Valley Classic. «Estoy jugando bien, pero en tenis no quiere decir que mágicament­e la semana que viene saldrá todo igual de bien. No me siento favorita», comentó.

Nadal

«No estoy fatal, fatal, pero no bien para jugar», comentó al confirmar su baja en la Copa ATP

Craig Tiley

«No jugó por una precaución extra. Ha indicado que estará listo», dijo el director del Abierto de Australia

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REUTERS Rafael Nadal, durante un entrenamie­nto en las instalacio­nes donde se celebra el Abierto de Australia

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