«El mensaje del Gobierno es: okupad, que os protegemos»
—Me okuparon el chalé.
—Lo primero, llamar a la Policía.
—Lo segundo.
—Depende de cada Comunidad.
—En Cataluña.
—La actuación de los Mossos está muy limitada. Un documento interno les ordena que no actúen ni ante el delito flagrante. Es de juzgado de guardia.
—En Madrid.
—Con la Policía Nacional y la Guardia Civil no pasa. Con la Ertzaintza tampoco.
—¿Qué les pasa a los Mossos?
—Hay más interés en expedientarles que en ayudarles a trabajar.
—La presión política no es una excusa cuando eres policía.
—Estoy de acuerdo. Si te haces poli es para perseguir a los malos.
—Ada Colau.
—Fomenta y subvenciona la okupación en Barcelona. El Ayuntamiento da cursos para enseñar a okupar.
—El último decreto ley del Gobierno.
—Es apología del delito. Facilita las okupaciones. El mensaje del Gobierno es: okupad, que os protegemos y os dejamos empadronar.
—Un millón de nuevos votos.
—Yo lo tengo claro. Tú les abres las fronteras, les facilitas el empadronamiento, y ¿a quién crees que van a votar?
—Galapagar.
—Hay que tener muy poca vergüenza para vivir con 36 guardias civiles vigilando tu chalé y animar a okupar la vivienda de los demás españoles.
—Las familias precarias.
—Si en una intervención veo a una mujer con tres hijos, que no me pide dinero y que necesita okupar para sobrevivir, desestimamos el caso y ayudamos a la señora con los Servicios Sociales o reubicándola.
—Las mafias.
—Somos especialistas en desokupación delictiva. Narcopisos, proxenetas, yihadistas, extorsionadores y cínicos. He visto a trabajadores del Ayuntamiento de Barcelona okupando para ahorrar.
—Los extorsionadores.
—Se te meten en casa, te dicen que si les pagas 10.000 euros, se van. «Y si no te destrozamos la vivienda».
—¿Es más práctico ceder?
—No. Hay que lucharlo. Es importante decir que llevo 6.000 desokupaciones y que jamás he recibido una denuncia.
—Bien.
—Llegamos al piso, les decimos que no es suyo, ni de un banco, y que hay una familia que lo reclama.
—Si no se marchan.
—Les montamos un control de acceso. Ponemos a dos vigilantes de seguridad titulados en la entrada de la finca, y cuando el okupa sale a la calle le damos los buenos días. Cuando quieren volver a entrar les impedimos el acceso porque no son ni propietarios ni inquilinos.
—¡Es mi morada!
—Eso nos dicen. Les respondemos que si tienen alguna queja, pongan una denuncia y ya el juez resolverá.
—Lo que dice la Policía a las víctimas.
—Exactamente. Pagamos a los okupas con la misma moneda. Pero nunca en caso de precariedad.
—2 de cada 3 okupas son inmigrantes.
—Mafias que van con niños para sensibilizar. Pero luego ni viven ni quieren vivir allí. Quieren dinero a cambio de marcharse. O montar un prostíbulo o una plantación de marihuana.
—El confinamiento.
—Las okupaciones aumentaron un 600%. Pisos de turistas que no podían viajar y un vecino les llamaba porque les estaban desvalijando la casa.
—¿Cuánto se tarda en recuperar su propiedad?
—Cada actuación es un mundo. Pero en el 75% de los casos, lo conseguimos la primera semana.
—Pero ¿cuánto cuesta?
—A partir de 2.500, y si en lugar de ser un piso es una casa, sobre los 4.000. El presupuesto incluye el proceso civil y el procurador.
—Cambian la Ley y hunden el negocio.
—Yo siempre he dicho que mi empresa no tendría que existir.
—¿Cómo se acaba con la okupación?
—Ahora no está penada, ni con dinero ni con cárcel. Con penas de prisión de 3 a 5 años y multas cuantiosas, y en 6 meses extirpas el cáncer. Pero hoy somos un reclamo para los okupas de toda Europa.
—Le llaman fascista.
—Soy un español de Barcelona.
—Le dicen que es de VOX.
—Soy apolítico, pero hace unos años tuve a un cliente del otro bando.
—¿De Podemos?
—Nunca le pregunto a nadie de qué partido es y sólo sabía que le habían okupado un piso en el Raval. El día de la actuación se presentaron uno de esos colectivos que entorpecen las desokupaciones y al verlos el cliente me dijo: «Tranquilo, de estos me encargo yo».
—Eran unos 40.
—Habló con ellos y se fueron. ¡Resulta que era un dirigente de la CUP!
—Los antisistema son una herencia burguesa.
—Los mayoría de políticos no solucionan los problemas. Son un jugador más en esta gran y fraudulenta partida de póquer. Son siempre el mismo cuerpo pero con collares distintos.