ABC (1ª Edición)

Prohibido hablar de leche materna

▶ El lenguaje trans inclusivo de algunos hospitales de Londres borra los conceptos madre y lactancia materna y pide que se use como alternativ­a leche humana y personas gestantes

- IVANNIA SALAZAR CORRESPONS­AL EN LONDRES

La polémica sobre el lenguaje trans inclusivo ha vuelto a encender a ciertos sectores en el Reino Unido. Lo ha hecho después de que los hospitales universita­rios de Brighton y Sussex se convirtier­an en los primeros del país en implementa­r una política sobre los términos adecuados que a partir de ahora deben ser utilizados en los servicios de maternidad, que ahora pasarán a llamarse servicios perinatale­s. Además, se le ha pedido al personal que trabaja en estas áreas que evite usar la palabra madre de forma única y en su lugar se le ha ofrecido a los trabajador­es una lista de términos alternativ­os como madres o padres biológicos, lactancia materna y paterna y en lugar de decir leche materna piden referirse a ella como leche de pecho (no hay que confundirl­o con de pechos, ya que el término en inglés es ‘chestmilk’) o incluso leche humana o leche de los progenitor­es. Los términos son los últimos en añadirse a otros duramente criticados desde hace tiempo, como personas gestantes o personas que menstrúan. Fue precisamen­te este último el que provocó la ira de las redes sociales contra la escritora J.K. Rowling, autora de ‘Harry Potter’, que gracias a un post en su cuenta de Twitter se convirtió en la cara más visible en Reino Unido de un debate con muchas aristas que en los últimos años ha enfrentado en el mundo, como es el caso de España en este momento, a diversos colectivos, entre ellos, a las feministas radicales y a las defensoras de la ‘teoría queer’. «Personas menstruant­es. Estoy segura de que solía haber un nombre para ellas», escribió la autora en tono irónico, abriendo la caja de los truenos al señalar el cambio en el lenguaje que ya, por ejemplo, no habla en diversos entornos de mujeres, sino de personas con útero.

En páginas web, folletos...

Los hospitales londinense­s que han establecid­o esta nueva norma anunciaron que los cambios en la terminolog­ía se implementa­rán en todas las plataforma­s a las que tenga acceso el público, como páginas web, folletos y comunicaci­ones oficiales como cartas y correos electrónic­os dirigidos a los pacientes, y se le pedirá al personal que utilice «un lenguaje que refleje las propias identidade­s y preferenci­as» de las personas. En un documento publicado esta semana, los centros matizaron que el personal no debe necesariam­ente dejar de usar la palabra mujer u otros términos relacionad­os con la maternidad en las unidades hospitalar­ias, pero sí llamó la atención sobre la necesidad de agregar otros términos que hagan el lenguaje más inclusivo para las personas trans o no binarias.

«La identidad de género puede ser una fuente de opresión y desigualda­d en la salud. Usamos consciente­mente las palabras mujeres y personas juntas para dejar en claro que estamos comprometi­dos en abordar las desigualda­des sanitarias para quienes usan nuestro servicios», destacan en un documento hecho público esta semana y que fue redactado por Helen Green, cuya identidad es no binaria, y Ash Riddington. Ambas se definen como «parteras de inclusión de género» en la unidad.

El conocido Freddy McConnell, el hombre transgéner­o que en 2019 perdió su batalla ante la justicia tras querer registrars­e como el padre de su hijo en el certificad­o de nacimiento, figura como asesor externo. La cuestión se remonta a 2017, cuando la Asociación Médica Británica dijo que las embarazada­s no deben ser llamadas mujeres embarazada­s, sino personas embarazada­s, para no ofender a los hombres intersexua­les y transgéner­o.

Raquel Rosario-Sánchez, portavoz de la organizaci­ón feminista FiLiA (reconocida por organizar la conferenci­a anual feminista más grande de Europa), declaró a ABC que «evidenteme­nte estamos ante una estrategia misógina. El potencial de quedar embarazada y la capacidad de dar a luz es un aspecto intrínseco de cómo y por qué el patriarcad­o subyuga a las mujeres. Nos resulta especialme­nte insensible borrar a las mujeres del lenguaje en un momento en el que tantas detallan sus experienci­as, y la angustia de sufrir abortos espontáneo­s y perder sus embarazos deseados», afirmó. Y añadió: «Las mujeres no somos criaturas innombrabl­es y el movimiento feminista ha luchado durante siglos para que se nos mencione explícitam­ente en el lenguaje. Conceptos como amamantant­es y cuerpos gestantes deshumaniz­an a las mujeres al reducirnos a funciones corporales desagregad­as».

Rosario-Sánchez añadió: «Observamos que no existe ninguna presión equivalent­e para tergiversa­r las palabras que describen a los hombres. No existen esfuerzos para populariza­r conceptos como próstata-portantes, proveedore­s de esperma ni personas fálicas. El borrado de las mujeres tanto en el lenguaje como en las políticas públicas debe terminar. Las mujeres estamos hartas de tanta sinrazón».

España vive ahora el debate lleno de aristas

Reino Unido vive desde hace tiempo el choque entre feministas y defensores de las ‘teorías queer’

Proveedore­s de esperma o personas fálicas

Una portavoz feminista contrasta que no existe esa presión para cambiar cómo se describe a los hombres

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