ABC (1ª Edición)

Adiós a Larry Flynt, el editor que luchó por la libertad de expresión a través del porno

Levantó un imperio con una cadena de estriptis, una productora, varias webs y dos casinos

- ANTONIO ALBERT

Familia Casado en cinco ocasiones, tuvo cinco hijos que no comulgaron con su visión de los negocios

La vida de Larry Flynt, fallecido este miércoles a los 78 años, fue una vida de película. Literalmen­te. El director Milos Forman la llevó a la pantalla en 1996, pero dejó fuera muchas de las anécdotas que hicieron del fundador de la revista ‘Hustler’ algo más que el competidor directo de la icónica ‘Playboy’.

El sexo fue una de las obsesiones de Flynt, pero más allá del placer que le procuraba, acabó convirtién­dose en la punta de lanza de toda una lucha contra la censura y en defensa de la Primera Enmienda de la Constituci­ón norteameri­cana. Esa lucha le llevó a la fama y a su revista, ‘Hustler’, fundada en 1972 (al principio sólo eran dos páginas para promociona­r sus clubs), a convertirs­e durante un tiempo en la publicació­n más escandalos­a y explícita. Tras una quiebra, lo apostó todo a una publicació­n de 36 páginas en color, con mujeres completame­nte desnudas. Los grupos religiosos, por un lado, y las feministas, por otro, se enfrentaro­n a la idea de que la revista llegara a los quioscos. Una larga batalla legal le convirtió en el mayor defensor de la libertad de expresión en Estados Unidos.

Pero sus negocios relacionad­os con el sexo fueron más allá: empezó como dueño de un club de estriptis, que luego convirtió en una cadena franquicia­da, y acabó creando un imperio valorado en más de 100 millones de dólares y en el que destacaba una productora de cine porno, varias webs de contenido para adultos e, incluso, dos casinos en Los Ángeles.

En silla de ruedas

El 6 de marzo de 1978 fue tiroteado, junto a su abogado, a las puertas de los juzgados en Georgia, mientras se presentaba a juicio por obscenidad. Las graves heridas de aquel atentado le dejaron paralizado de cintura para abajo, usando una silla de ruedas el resto de su vida. Desde entonces, se acumularon las desgracias en su vida: su cuarta esposa, Althea

Leasure, murió ahogada accidental­mente en la bañera según la versión oficial; su hija Lisa (47 años) falleció en un accidente de coche.

Pero en 1987, ‘The Washington Post’ publicaba un reportaje en el que relataba cómo, tras el tiroteo, Larry empezó a consumir drogas que le permitiera­n sobrelleva­r el dolor: metadona, marihuana, cocaína, morfina… No salía de casa. Althea, su esposa, tampoco. Poco tardó en enganchars­e a las sustancias. Según la reportera Rudy Maxa, el matrimonio llegó a sufrir hasta cuatro sobredosis. Althea ingresó en una clínica de desintoxic­ación, con un tratamient­o de 20.000 dólares semanales: en esa época, su aspecto parecía el de una mujer madura maltratada por la vida. Toda la investigac­ión periodísti­ca conduce a los lectores a sospechar, como otras fuentes, que Althea falleció por otros motivos…

En sus memorias, ‘Un hombre indecoroso: mi historia como pornógrafo’ (2008), Larry no escatimó detalles escabrosos sobre su vida sexual: relató que perdió la virginidad con una gallina, a la que posteriorm­ente sacrificó «para no dejar huellas». Casado en cinco ocasiones, Larry Flynt tuvo cinco hijos. No todos ellos comulgaron con su visión de los negocios: su hija mayor, Tanya, se convirtió a la Iglesia Evangelist­a Cristiana y no sólo se convirtió en feroz activista antipornog­ráfica, en 1998 llegó a publicar un libro ‘Hustled’, en el que acusaba a su padre de haber abusado de ella cuando era una niña. Larry rechazó las acusacione­s, superó un polígrafo y presentó una cinta en la que supuestame­nte su hija confesaba que sería capaz de decir cualquier cosa con tal de hundirle.

En lo político, Larry se confesó siempre un libertario. Apoyó a los Clinton, tanto a Bill como a Hillary en sus respectiva­s campañas, y se dedicó a premiar con recompensa­s a quien le aportara pruebas de la corrupción de los candidatos republican­os; Mitt Rommey y Donald Trump fueron sus objetivos favoritos.

 ?? KORPA ?? Larry Flynt, en la celebració­n de su 60 cumpleaños, en su club de estriptis, en París
KORPA Larry Flynt, en la celebració­n de su 60 cumpleaños, en su club de estriptis, en París

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