Cuestionan la debilidad organizativa del PP catalán
«Nunca había vivido un Comité Ejecutivo catalán como este», apuntaron a ABC, ayer, varios miembros del Comité Ejecutivo catalán, tras más de tres horas de reunión, en la que la mayoría de los que intervinieron lo hicieron para criticar a la dirección de Cataluña por, en su opinión, no haberse ocupado correctamente del partido en «el territorio».
Alejandro Fernández, presidente del PP catalán, se presentó este miércoles ante el Comité Ejecutivo autonómico tras haber logrado el respaldo explícito de Pablo Casado y la dirección del PP nacional un día antes; y tres días después del peor resultado del PP en unas elecciones autonómicas catalanas: solo tres diputados.
Sin embargo, lo que no esperaba Fernández es que el encuentro (telemático) en Barcelona se convirtiera en una reprimenda a su gestión como presidente regional, cargo que ocupa desde noviembre de 2018. Nadie puso en duda su capacidad como orador y parlamentario, según todas las fuentes consultadas, pero sí fueron mayoría los que criticaron la gestión que tanto él como su equipo lleva a cabo a nivel territorial y organizativo.
«La gestión interna del partido no ha sido la que esperábamos», señaló uno de los asistentes al Comité, que criticó a la dirección por lo que considera un déficit a la hora de escuchar a los cuadros medios y las bases. «No se ha trabajado el territorio y el equipo de confianza del presidente gestiona el partido como un club de amigos», lamentó.
Otro señaló que «se recoge lo que
se siembra» y el alcalde de Pontons, Josep Tutusaus, lamentó que en los más de dos años que Fernández lleva al frente del PP catalán no haya podido hablar por teléfono con él.
Parte de los disidentes fijaron su objetivo en Óscar Ramírez, director de la campaña electoral en sustitución de Daniel Serrano, por no «contactar» con «activos» del partido, a los que no se les ha llamado de cara al 14-F. «Hemos vivido en una confusión por no saber quién dirigía la campaña, y si se hacía desde Barcelona o desde Madrid», apuntó uno de los asistentes al Comité Ejecutivo catalán.
Igualmente, en la misma línea, otra discrepancia se centró en «los fichajes» realizados. Sobre todo en la incorporación de Eva Parera, concejal en Barcelona por el partido que lidera Manuel Valls y ex dirigente de CiU. De hecho, de los tres diputados del PP en el Parlamento autonómico, solo Fernández es militante, pues tampoco forma parte de los populares Lorena Roldán, aterrizada desde Cs.
La reunión se alargó más de lo habitual porque intervinieron alrededor de una treintena de personas. Entre los críticos, Xavier García Albiol y Alicia Sánchez-Camacho, que fueron muy duros en sus intervenciones por el resultado obtenido el 14-F y se quejaron amargamente por no haber sido reclamados en la campaña.
Defendieron el trabajo realizado Ramírez, que se alineó con la versión de Casado en la línea de que el resultado, además de los «errores propios» que no identificó, se debió principalmente a una «tormenta perfecta» (caso Bárcenas y encuestas como la del CIS, por ejemplo) y Cayetana Álvarez de Toledo, que reiteró las críticas a la dirección nacional que realizó en público recientemente.
Por su parte, Fernández aseguró estar «seguro» y «tranquilo». En su intervención en abierto anunció una «reestructuración» del Comité Ejecutivo catalán «en las próximas semanas» y avanzó la idea, en sintonía con Génova, de estudiar «confluencias» con las asociaciones cívicas constitucionalistas y, también, con Cs para «fortalecer» este espacio.