ESCRITO EN EL AIRE
Sánchez responderá, cuando saque mejor provecho, a la pregunta que encabeza esta sencilla opinión
EL acoso al 78 muta en soez. Ni siquiera el drama de la pandemia y la crisis económica detiene a los autores del asalto. Sostiene el catedrático Juan Francisco Fuentes, autor de la biografía política de Suárez y de un pedagógico repaso general a los hechos del 23-F (‘1981. El golpe que acabó con todos los golpes’), que hay «una parte de la izquierda y de sus terminales mediáticas e historiográficas», con el apoyo del independentismo vasco y catalán, empeñada en «demoler los pilares» del 78. Empezando por la monarquía parlamentaria. Hace 40 años, turno para los golpistas, militares y civiles, de la ultraderecha franquista. Les une su afán por el desprestigio de los símbolos de nuestra democracia liberal, especialmente el papel de la Corona en aquellas horas. Los antisistema se tocan. Ya se sabe que la vida da muchas vueltas, transcurre como en un tango. De aquí para allá y reunión en el mismo sitio. Cuatro décadas después, a por el ‘régimen del 78’. Ocupa escaños en el Congreso casi un centenar de representantes de partidos que impugnan, cada día, la democracia fundada en la Transición y renacida en el 81, como dijo el presidente Calvo Sotelo, tras «tres minutos dramáticos y diecisiete horas grotescas».
El ataque al 78 se recrudece en estas horas con la agitación callejera jaleada desde una parte del Gobierno de España. Hay ministros socialistas que dedican el tiempo a sofocar los incendios políticos tras los contenedores quemados y los adoquines voladores. El Gobierno tiene a la oposición dentro. La incomparecencia del todavía principal partido de la alternativa, dedicado a saber qué quiere ser de mayor, alimenta la anomalía. Iglesias o está contra el sistema, o no es. El presidente Sánchez le deja cocerse en su propia salsa hasta que el gurú, ‘el Godoy de Moncloa-Aravaca’, le indique elecciones para formar un Gobierno en solitario, haciendo cemento parlamentario con los restos de Podemos y el independentismo frente a Vox, el gran pretexto. Sin alternativa, dada la huida hacia ninguna parte del PP y Ciudadanos, Sánchez responderá, cuando saque mejor provecho, a la pregunta que encabeza esta sencilla opinión.