Sheila González, ‘la gallega’ que hace reír a los argentinos
Ha creado un nuevo género en televisión: degustación de vinos mientras entretiene con monólogos
«En España hay chistes de Lepe, acá tienen los de gallegos. Hago creer que no los entiendo», dice
Colaboradora de programas de televisión y radio líderes de audiencia, Dj en fiestas para celebrities y monologuista, Sheila
González dejó España por amor y ha encontrado la fama en Buenos Aires sacando punta a los estereotipos.
La llaman ‘la gallega’, pero es de Madrid: «Yo encantada, los gallegos son lo más», bromea Sheila, que ahora triunfa en ‘América TV’ con ‘El show de los escandalones’, presentado por Rodrigo Lussich, en el que cada domingo repasa con humor los escándalos que rodean a los famosos de la farándula. Los personajes españoles tienen poco sitio: «Están los clásicos Serrat o Sabina, además de Camilín, el hijo de Camilo Sesto, y Marta Sánchez porque participó en ‘Bailando por un sueño’». De Cantora nadie ha oído hablar. De su trabajo destaca las diferencias con España: «Acá se trabaja sin guion y todo es improvisación. Es una aventura». Tuvo una maestra excepcional: Moria Casán, una de las tres ‘divas’ de la televisión argentina (las otras son Mirtha Legrand y Susana Giménez), con quien trabajó en ‘Incorrectas’, ‘una performance vanguardística’ que arrasó en audiencias. Moria, que en teatro hizo el papel de
Bibiana Fernández en la adaptación de ‘La gran depresión’, de Félix Sabroso, presume de su ‘lengua karateka’: «Es mordaz, inteligente, rápida, con una memoria portentosa. Con ella voy al fin del mundo». De esos directos ha aprendido a reaccionar ante cualquier imprevisto: lo practica cada mañana, de 6 a 10, en el morning show de ‘Radio Uno’.
Sheila comenzó en España como reportera (‘Está pasando’) y llegó a copresentadora con Paz Padilla en ‘Paz en la Tierra’, en ‘Canal Sur’. Se marchó por amor, con un jugador de hockey. Ese amor se fue, pero ella se quedó. En Buenos Aires, descubrió que la economía del país la obligaba a buscar todos los ases que pudiera llevar bajo la manga: «En Argentina te debes reinventar y sacar tu potencial creativo porque los argentinos son como una navaja multiusos», explica. Primero probó fortuna como DJ: «Salir en televisión me ayudó a que me contrataran en eventos. Fue una etapa divertida». Pero sabía que la clave para destacar era «encontrar mi sello». Y el suyo llegó al sacarle punta a los tópicos sobre los españoles: «Les encanta que sea exagerada, les pone el toque andaluz y que remate cada frase con un ‘¡joder!’. Si en España tenemos los chistes de Lepe, acá tienen los chistes de gallegos. Me hago un poco la tonta haciendo creer que no los entiendo».
Ahora, Sheila ha inventado un género: ‘Wine Up Comedy’, monólogos sobre vino que acompaña de degustación. Tiene incluso ofertas de una bodega de Ribera del Duero.
Hacer monólogos en otro país y triunfar siendo mujer es un logro: «Ser comediante ya es de por sí difícil, pero el éxito de un programa abre muchas puertas. Nosotros tuvimos ‘El Club de la Comedia’, acá llegó con ‘La culpa de de Colón’, con cuatro cómicas portando la bandera del humor y el feminismo. Les debo mucho».
A la última
Sheila estudió en el Instituto de Cine de Madrid, con Carolina Bang como compañera. Siempre quiso ser actriz, pero no dio el paso hasta sentirse segura de hacer bien un casting. Así logró su primer papel en la serie ‘Vecinos en guerra’ (Telefe), junto a Diego Torres. Luego llegaron ‘Señores Papis’, Viudas e hijos del rock’n’roll’… Acaba de firmar con una plataforma para un proyecto internacional, pero poco puede decir: «El contrato de confidencialidad parece la Biblia». Sheila, que participó en ‘MasterChef’ en Chile demostrando su arte para la tortilla de patata, se siente medio argentina: «Ya tengo terapeuta. Acá no es como en España, que cuentas tus problemas en la barra del bar. Está mal visto: o tienes terapeuta ‘online’ o no eres nadie». Y a Sheila le gusta ir siempre a la última, menuda es ella.