ABC (1ª Edición)

La alargada sombra de Weinstein en las cloacas de Hollywood

‘The Assistant’ lleva a la ficción a las mujeres que trabajan en la industria del cine

- LUCÍA M. CABANELAS

Nace bajo el paraguas del MeToo, pero no menciona al movimiento. Se sufre bajo el yugo de Harvey Weinstein, de espaldas o invisible, pero siempre presente. Trata sobre algo tan grande que no entra en un plano, pero lo hace desde un lugar pequeño; tanto que, durante mucho tiempo, pasó desapercib­ido. «Durante la investigac­ión, me encontré con muchas historias terribles, pero me interesaro­n más las experienci­as que eran comunes a todas las mujeres con las que hablé. Las microagres­iones, casos más pequeños de comportami­ento sexista», reconoce Kitty Green, directora de ‘The Assistant’, la película que estrena Filmin este viernes.

Por eso la cineasta instaló la cámara en una oficina cualquiera de una productora de cine cualquiera. El abuso puede estar en todas partes, el miedo pulula entre fotocopia y fotocopia. No hacen falta nombres concretos, sino la experienci­a común que tantas personas han sufrido durante demasiado tiempo para llegar a todas partes, a cualquier persona y lugar. «Intenté plasmar algo que sucede en la mayoría de las oficinas de todo el mundo», reconoce en una entrevista con ABC Green, que abraza por primera vez la ficción para contar una realidad terrible. «Preferí la ficción por cosas como el primer plano, por la forma en que puedes enfatizar o ampliar los momentos más pequeños. Si lo filmase como un documental más naturalist­a, estaría demasiado ocupada tratando de captar ese tipo de acción, así que me pareció mejor esta técnica para retratar los pequeños detalles que conforman un entorno de trabajo tóxico», asegura.

La cultura del silencio

‘The Assistant’ explora las cloacas de Hollywood a través del retrato de Jane ( Julia Garner), la joven y discreta asistenta de un importante productor, que se da de bruces con el machismo imperante nada más entrar en la industria. «La totalidad de esta película está inspirada en hechos reales y, a pesar de estar contextual­izada en el cine, la historia es transferib­le a cualquier trabajo», denuncia la directora. Green se sirve de una sobriedad estilístic­a y un diseño de sonido apabullant­e para transmitir la insidiosa tensión que vive la asistenta: «El filme explora la cultura del silencio. Tenemos mucho camino por delante, abrir estos debates en la sociedad es nuestro deber».

El resultado es un drama minimalist­a que denuncia, pero sobre todo observa. Estático en ocasiones, atosigante, silencioso y también silenciado. Un drama en el que la directora muestra un acontecimi­ento de naturaleza universal: la complicida­d de los que no hablan por miedo. «Hablé con casi cien mujeres jóvenes y todas se sintieron atrapadas, no vieron una salida. Fue una investigac­ión realmente deprimente. Ahora las cosas están cambiando y la gente puede hablar. Pero durante tantos años solo había silencio. Eso es lo que me interesaba retratar, una experienci­a muy auténtica y poco glamurosa de lo que es ser asistente a ese nivel», afirma Green.

La sombra alargada de Weinstein agobia cada plano, pero el productor nunca aparece. «Sentí que ya habíamos tenido suficiente. Ya hubo mucha prensa que contó lo que sucedía detrás de la puerta de esa oficina. Pero lo que me interesaba era ver cómo esas mujeres llegan a una puerta así, cuál es la maquinaria que tiene el sistema en torno a un depredador que perpetúa su comportami­ento hostil

Igualdad «Antes de esta pandemia, las cosas estaban mejorando. Vi a directoras con más oportunida­des»

Microagres­iones «La película está inspirada en hechos reales y la historia es transferib­le a cualquier trabajo»

y, sobre todo, ver la complicida­d de las personas que lo rodean. Hay muchas personas que están trabajando para él como para que se siga permitiend­o este comportami­ento», critica Kitty Green.

Desde que hace cuatro años se destaparan los casos de abusos sexual, acoso e incluso violación de Harvey Weinstein, cientos de mujeres, algunas actrices de sobra conocidas, rompieron su silencio. La brecha de género pareció romperse. Sin embargo, llegó el coronaviru­s y lo paró todo. «Antes de esta pandemia, sentía que las cosas estaban mejorando. Vi a mis amigas cineastas obteniendo oportunida­des que no creo que tuvieran hace unos años. Fue emocionant­e. Me pregunto qué pasará cuando regresemos al trabajo. ¿Lo retomaremo­s donde lo dejamos o volveremos unos pasos atrás? Por culpa de la pandemia se ha empujado a las mujeres a sus papeles domésticos. Estamos en una época extraña», reflexiona la directora de ‘The Assistant’. Pero, aunque el MeToo desató infinidad de cosas buenas, después de abrir la caja de Pandora también proliferar­on las falsas acusacione­s. «Siempre es complicado cuando un movimiento se vuelve tan grande. Hay tantas voces que es difícil de controlar», asegura Katyy Green que, sin embargo, se queda con la parte positiva: «Nos han dado el idioma para entender a la gente y hacer que las mujeres se sientan más seguras. No hay nada mejor».

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AFP Arriba, un fotograma de ‘The Assistant’, con una actriz antes de una prueba en el despacho de un productor. A la izquierda, Harvey Weinstein
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