¿Ha empeorado el pueblo español?
Revelador comparar la reacción ante los actos golpistas de 1981 y 2017
PREGUNTA dura, pero tal vez necesaria: ¿Ha empeorado el pueblo español? ¿Ha perdido interés por defender sus derechos y libertades y a su propio país? No me atrevo a dar una respuesta concluyente (o quizá prefiero no deprimirme). Pero sí voy a comparar la reacción ante los actos golpistas contra la Constitución y la legalidad española de febrero de 1981 y octubre de 2017. En los dos casos jugó un papel crucial el discurso de un Rey y ambos envites concluyeron con victoria del Estado contra los insurrectos. Pero existen diferencias:
El 27 de febrero de 1981, cuatro días después del asalto al Congreso, se celebraron las manifestaciones más nutridas de la España reciente. En Madrid salieron a la calle millón y medio de vecinos. En la pancarta de la cabecera rezaba simplemente «la libertad, la democracia y la Constitución». La portaban los dos jefes sindicales, Camacho y Redondo, y los líderes de todos los partidos nacionales: el socialista González, el conservador Fraga, el comunista Carrillo, y por UCD, Rodríguez Sahagún. El público coreaba «democracia sí, dictadura no», y daba vivas al Rey, la democracia y la Constitución. El manifiesto final lo leyó en la plaza de las Cortes una célebre locutora de TVE, Rosa María Mateo, que remató así: «¡Viva la Constitución! ¡Viva la democracia! ¡Viva España». Hubo enormes marchas simultáneas en todo el país. Por ejemplo, la de Barcelona reunió a 250.000 personas, bajo el lema «Democracia, libertad, Constitución y autonomía» (no, todavía no había aparecido un Zapatero para reabrir la caja de Pandora del separatismo). En Valencia y Sevilla asistieron 200.000. Tejero se pasó casi 16 años en la cárcel. Milans, diez, y solo salió enfermo y anciano. La sociedad española de entonces sentía un fuerte apego por sus recién ganados derechos y libertades, y lo hacía valer.
En octubre de 2017 sufrimos otra intentona golpista, desatada desde el Gobierno catalán para romper España proclamando una república independiente. El Supremo emitió una sentencia de componendas, afirmando que la declaración de independencia había sido solo ‘simbólica’ (tan simbólica que sin el 155 ahí seguiría). Solo tres años y cuatro meses después de los hechos, los culpables están de paseo y hasta han hecho campaña en las elecciones del 14-F, pese a estar inhabilitados. El Partido Socialista Obrero ‘Español’ tiene como socio preferente al partido promotor del golpe (ERC) y se apoya también en Bildu (la continuidad de ETA). El Gobierno ha aceptado una delirante mesa bilateral Estado-Cataluña, donde en el orden del día figuran la autodeterminación, que no cabe en nuestra Constitución, y la amnistía. A diferencia de los comunistas de 1981, que se comportaron como patriotas españoles, los que hoy nos cogobiernan rechazan el orden constitucional y apoyan a los separatistas. En cuanto, a la ciudadanía, en su mayoría pasa y sigue a lo suyo (su Netflix, su Jorge Javier y su ‘feisbu’). ¿Ha empeorado el pueblo español?...