Sánchez acalla la protesta sindical con una inyección de 13,8 millones
Sube en cinco millones la partida congelada por Rajoy, con el ruido de fondo de las movilizaciones de UGT y CC.OO.
Bruselas aprieta a España para que acometa reformas estructurales que, le guste o no al Gobierno, llevarán aparejados recortes sociales. Derogar la reforma laboral es misión imposible y no meter la tijera en las pensiones utópico, en un momento en el que el salario mínimo está congelado en 950 euros mensuales por decisión de Sánchez y para disgusto sindical. Este caldo de cultivo empujó a UGT y CC.OO. a salir a las calles el 11 de febrero con unas movilizaciones que terminaron siendo simbólicas, pero que pusieron punto y final a la tregua dada por las centrales al Gobierno. «Ahora sí toca» fue el lema elegido por las centrales que dirigen Unai Sordo y Pepe Álvarez, que nació con vocación de ir a más.
Y enmedio del revuelo en las calles Sánchez decide descongelar los fondos que reciben los sindicatos, tal y como avanzó ABC a principios de diciembre, cuando una enmienda pactada por PSOE, Unidas Podemos y ERC, que proponía aumentar cinco millones a los sindicatos, prosperó en el Congreso. El Gobierno de coalición había optado por mantener congeladas las subvenciones para los sindicatos en 2020, como ya hizo Sánchez en 2018 y 2019, dejando intactos así los recortes aplicados por Rajoy tras la crisis de la pasada década, que redujeron a la mitad las ayudas.
El alza, que ya tiene vía libre del Gobierno, eleva en un 56% los 8,8 millones que preveían los Presupuestos y que venían recibiendo las centrales desde el año 2013. La mayor parte de estas cantidades irá a las cajas de UGT y CC.OO. por su condición de sindicatos más representativos. Fondos que supondrán un alivio para las centrales, teniendo en cuenta que también han sufrido un golpe en sus finanzas por la pandemia. Muchos trabajadores han quedado en paro o ERTE con sus sueldos muy menguados, lo que ha repercutido directamente en las cuotas que satisfacen a los sindicatos.
La decisión del Ejecuctivo llega en medio de una recesión sin precedentes y en un momento de extrema delicadeza del tejido empresarial español, que lleva meses reclamando ayudas directas del Estado, especialmente pymes y autónomos, los más maltratados por la crisis. Son la parte más frágil de todo el tejido productivo y su capacidad para sobrevivir con menos ingresos y con la actividad mermada es ya para muchos muy limitada. Ahora esperan que se materialicen los 11.000 millones de ayudas anunciadas por sorpresa por el jefe del Ejecutivo, que hasta ahora han estado muy lejos de las aprobadas en países como Alemania o Francia. Y el apoyo al tejido productivo será clave para activar la recuperación.
El desbloqueo y crecimiento de los fondos no impedirán que las centrales tenga que salir de nuevo a la calle. Las reformas enfrentarán, sin duda, al mundo sindical con el Gobierno y el endurecimiento de la crisis hará que las exigencias sindicales sean mayores en un año en el que el Ejecutivo irá recortando poco a poco las ayudas desplegadas en la pandemia, como los ERTE. Que muchos de ellos acaben en ERE es cuestión de tiempo si la red de seguridad del empleo no se mantiene. El conflicto está servido y en esta contienda Podemos está del lado sindical.
Pérdida de credibilidad
«El Gobierno no tiene margen para no abordar la reforma laboral y de pensiones esta legislatura, so pena de perder credibilidad. Pero lo tiene que hacer con una posición inequívoca», recordó antes del 11 de febrero Unai Sordo, líder de CC.OO. a modo de advertencia «La gente no puede esperar más, y al Gobierno se le ha acabado el tiempo de proponer cosas», avisó el secretario general de UGT, Pepe Álvarez. El líder ugetista ha sido muy combativo con el Gobierno de Sánchez, al que no ha parado de reprochar su gestión de la crisis.
En los próximos días el BOE publicará la nueva convocatoria de ayudas para «la realización de actividades de carácter sindical, incluyendo aquí la realización de cualquier tipo de actividad sindical dirigida a la defensa y promoción de los intereses económicos y sociales de los trabajadores». Las centrales podrán presentar entonces sus solicitudes de fondos.
Primer hachazo Rajoy recortó a la mitad en la anterior crisis las ayudas públicas recibidas por las centrales