Australia adopta una ley pionera para que paguen Google y Facebook
➤ Canberra ha aprobado el canon tras un mes marcado por las amenazas de las redes
El Parlamento australiano dio ayer luz verde a la ley que impone a las gigantes tecnológicas Facebook y Google el pago de un canon a los medios para difundir sus noticias. Se trata de una normativa pionera no tanto por lo que exige sino por el cómo: el poder político marcando el paso a las dominadoras de la nueva economía, y no al revés.
«El código garantizará que las empresas de medios de comunicación reciban una remuneración justa por el contenido que generan, lo que ayudará a mantener el periodismo de interés público en Australia», anunció ayer en un comunicado conjunto la oficina del tesorero nacional de Australia Josh Frydenberg y el responsable para Comunicaciones Paul Fletcher. Esta ley creará un árbitro designado por el Gobierno
que puede establecer las tarifas que las tecnológicas deberán pagar a los editores de noticias si fracasan las negociaciones comerciales. De esta manera, Canberra insta a las partes a llegar a acuerdos comerciales con los medios de comunicación. El departamento de Tesorería de Australia revisará el código en el plazo de un año a partir de su inicio para asegurarse de que «se cumple con los resultados esperados por el Gobierno».
Según una consulta pública de la Comisión de Competencia de Australia sobre plataformas digitales, por cada cien dólares del mercado publicitario, 80 van a la suma de Google y Facebook y solo 20 a los medios de comunicación. Y la crisis del coronavirus no ha hecho más que agravar el problema para la prensa tradicional.
Pese a la negativa inicial de las dos tecnológicas, las reacciones a la ley australiana de Google y Facebook han sido dispares. Mientras que la primera llegó finalmente a un acuerdo con News Corp, el imperio mediático de Murdoch, que posee cerca del 70% de la prensa australiana, Facebook cumplió el pasado 18 de febrero con su amenaza de apagón informativo en su red social, que terminó afectando a páginas de líderes políticos, autoridades sanitarias, lucha contra la violencia machista y por supuesto a los medios de comunicación. Finalmente, Facebook anunció esta semana que «en los próximos días» levantará el bloqueo a las noticias australianas en su plataforma tras llegar a un acuerdo con Canberra sobre las enmiendas a la proposición de ley.
La UE y el caso español
Pese a reajustar el algoritmo para afectar exclusivamente a la difusión de enlaces de noticias, el bloqueo provocó en las primeras 48 horas una caída de hasta el 13% del tráfico online, procedente de Facebook, de los medios desde dentro de Australia. Lejos de someter al Ejecutivo
australiano, el movimiento de la compañía presidida por Mark Zuckerberg provocó una ola de críticas internacionales. Canadá ha anunciado estar coordinándose con sus socios australianos para lograr que las tecnológicas paguen.
Ante la enésima crisis de reputación que sufre la red más poderosa del mundo, Facebook prometió igualar en el próximo trienio los mil millones de dólares en inversiones en medios de comunicación que Google anunció el pasado otoño. Y ha sido el exvice primer ministro del Reino Unido Nick Clegg el elegido por Zuckerberg para intentar lavar la imagen de su compañía. La tesis del embajador global de la plataforma defiende que las críticas globales a la multinacional se deben a un gigantesco malentendido en su relación con el cuarto poder.
Para doblar la mano a Zuckerberg, el Gobierno australiano ha buscado erigirse como faro de las democracias mundiales a la hora de lidiar con la hegemonía de las tecnológicas. Sin embargo, desde la Unión Europea se insiste en que no son aplicables las lecciones australianas. De esta manera, la vicepresidenta de la Comisión Europea y «dama de hierro» de la Competencia, Margrethe Vestager, recordó el martes ante la comisión de Mercado Interior de la Unión Europea que el caso australiano tiene que ver con los derechos de autor, y sobre este campo la Unión aprobó hace dos años la directiva que ya rige en los estados miembros.
En esa misma línea se refirió a ABC la directora del Centro de Ciberpolítica de la Universidad de Stanford y experta en las gigantes tecnológicas, Marietje Schaake: «Europa está siguiendo su propio camino para garantizar una regulación adecuada. Ya implementó la Directiva de Derechos de Autor, que trata temas como los que se están viendo en el caso australiano, la de Protección de Datos... Y también están sobre la mesa las leyes de Servicios y Mercados digitales (DSA y DMA, por sus siglas en inglés), que prevén fijar la responsabilidad de las plataformas tecnológicas a la hora de moderar contenidos en las redes y restringir posibles abusos de poder en el mercado».
Sin ir más lejos, en los últimos meses Google ha tenido que negociar con los editores franceses después de que un tribunal respaldara esa exigencia de acuerdo con la directiva. España también marcó un hito en este pulso cuando en 2014 esta compañía se negó a pagar un canon que obligaba a los agregadores a destinar un porcentaje de sus ingresos a los medios. Entonces la multinacional cerró su servicio de noticias Google News en España.
Dominio del mercado Por cada cien dólares del mercado publicitario, 80 van a Google y Facebook, y solo 20 a los medios