ABC (1ª Edición)

Mendy, el triunfo de la sencillez

• Cada vez más decisivo en el Madrid, de niño no se arrugó cuando le dijeron que no jugaría más por una lesión

- TOMÁS GONZÁLEZ-MARTÍN

«Zidane tiene que ver a este chico». Ferland Mendy brillaba en el Olympique de Lyon después de haberse formado durante cinco años en la cantera del PSG. Hijo de padres senegalese­s, vivía en una familia humilde. Ver jugar a Ronaldinho en el Paris Saint-Germain le hizo soñar con ser futbolista y se enroló en las categorías inferiores del club parisino. Hasta que una lesión de cadera a los catorce años derivó en una artritis que le llevó a estar atado a una silla de ruedas. En el hospital Necker «le dijeron que se olvidara del fútbol», cuentan sus allegados. «Pero él creyó en sí mismo, se levantó y volvió a jugar» para transforma­rse en un jugador internacio­nal. Fichado hace dos temporadas, su aportación en el Real Madrid, como demostró con su gol ante el Atalanta, resulta cada vez más decisiva.

Volver al fútbol era algo impensble cuando Mendy salió de aquel hospital, con catorce años. «Se marchó a Bullion, un pueblo donde tuvo que aprender a andar, luego a correr y finalmente a volver a jugar al fútbol, aunque le aconsejara­n lo contrario», subraya su familia. Descartado ya por el PSG, dado por perdido, fichó por el modesto Mantois y su rendimient­o le llevó a Le Havre, donde creció en la mejor cantera del balompié galo.

El Olympique de Lyon le vio jugar y le fichó. Su nivel era tan excelente que Zidane fue informado de ello. Hace dos años firmó por el Real Madrid para competir por el puesto de Marcelo. Se lo quitó paulatinam­ente durante la primera temporada hasta hacerse con la titularida­d fija en las once últimas jornadas de la pasada Liga, que le dieron el título.

El mensaje de Marcelo

Su precio en el traspaso, 50 millones, le puso en la diana de la crítica. «Lo mejor es que Ferland es un chico tan sencillo que no siente presión», señalan los profesiona­les que trabajan cerca de él en Valdebebas. «No va de valiente, pero le da igual lo que digan de él, no le asusta nada», advierten. Mendy fue acogido por Varane desde que llegó al vestuario. «Rafa (Raphael) le guía en lecciones de madridismo», indican desde el seno del vestuario. «Y si Varane es su hermano mayor, Zidane es su padre». De hecho, Ferland tiene la edad de Enzo, el hijo mayor del técnico. Es muy disciplina­do, aplicado en el entrenamie­nto y en los partidos. «Muy buen chico, humilde», Varane le ha exigido que estudie español.

Sus subidas por la banda son una constante en la estrategia de Zidane, que explota su potencia para que llegue arriba sin que nadie le vigile especialme­nte, porque no es un delantero. Vinicius se queda atrás y Mendy penetra hasta el área para romper defensas, dar asistencia­s y rematar. Ante el Atalanta celebró su segundo gol en esta temporada. Marcelo, un capitán de la plantilla, ha encajado con altura de miras su situación. Fue el primero que felicitó por redes sociales al equipo en la victoria de Bérgamo. Pudo haber elegido cualquier foto de un compañero. Puso una de Mendy.

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AFP Mendy, ante el Atalanta

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