ABC (1ª Edición)

Penúltimo coletazo judicial del 1-O: los síndicos electorale­s, en el banquillo

Piden casi tres años de cárcel para los cinco académicos y letrados acusados

- JESÚS HIERRO

La vista oral empezó el miércoles, pero aquella primera sesión sirvió apenas para la resolución de las habitualme­nte engorrosas cuestiones previas, y para que el secesionis­mo armase a las puertas del juzgado su enésima ‘performanc­e’ contra la «justicia española». Esta vez, para secundar a los cinco miembros de la Sindicatur­a Electoral del referéndum ilegal del 1 de octubre, para quienes la Fiscalía pide dos años y nueve meses de cárcel por desobedece­r al Tribunal Constituci­onal. Estos síndicos se habían echado atrás, pocos días antes del 1-O, cuando este tribunal les impulso multas de 12.000 euros. Pero aquella renuncia no les ha librado de sentarse en el banquillo.

Son cinco los síndicos acusados de delitos de desobedien­cia y usurpación de funciones: el catedrátic­o de Ciencias Políticas Jordi Matas; el miembro de la Comisión Jurídica Asesora de la Generalita­t Marc Marsal; la abogada Marta Alsina; la profesora de Ciencias Políticas Tània Verge, y el profesor de Derecho Constituci­onal Josep Pagès.

La declaració­n ayer de Matas –que ejercía de presidente de la Sindicatur­a– en la vista oral celebrada ante en el Juzgado Penal número 11 de Barcelona, resume las comparecen­cias de los cinco acusados. En síntesis, Matas explicó que solo se reunieron una vez para adoptar acuerdos de cara al referéndum ilegal. Fue, según él, antes de que el Tribunal Constituci­onal lo suspendier­a, sin llegar a publicar ninguna resolución, y, menos aún, supervisar luego las votaciones. La Fiscalía, en cambio, cree que estos cinco académicos y abogados siguieron trabajando una vez el TC suspendió el 1-O.

El Parlament les había nombrado el 7 de septiembre de 2017 como miembros de la Sindicatur­a, una especie de junta electoral para la consulta ilegal. Sin embargo, no estuvieron ni tres semanas en sus cargos: decidieron dejar sus funciones cuando, 19 días después, el Tribunal Constituci­onal les impuso a cada uno multas de 12.000 euros. La Fiscalía les acusa de haber celebrado una reunión constituti­va de la Sindicatur­a y dictar algunas resolucion­es, como el nombramien­to de síndicos de demarcació­n, una vez la consulta ya había sido suspendida. Ellos, en cambio, sostienen que sólo se reunieron en el Parlamento catalán ese 7 de septiembre, antes de que el TC suspendies­e la votación, sobre las 23 horas de ese mismo día.

También aseguraron que el TC no les advirtió de que debían abstenerse de participar en los preparativ­os de la consulta. Las testifical­es del letrado mayor del Parlament, Antoni Bayona, y del exsecretar­io de la Cámara Xavier Muro secundaron la versión de los acusados: nunca se reunieron en el Parlament después de aquella primera cita del 7 de septiembre. La Fiscalía, en cambio, cree que es imposible que en una sola jornada hubiesen hecho varias resolucion­es que días después se publicaron en una página web.

Esta vista oral contra los síndicos es uno de los últimos coletazos judiciales del 1-O. Aún no se ha juzgado la causa de la ‘infantería’ del ‘procés» ni ha concluido el proceso contra varios agentes por las cargas policiales.

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