El delegado en Madrid temía una bomba vírica de 60.000 personas
Franco, que fue investigado el año pasado por permitir la marcha, recula ahora
En apenas nueve días, el delegado del Gobierno en Madrid, José Manuel Franco, ha pasado de estar dispuesto a autorizar las manifestaciones y concentraciones del 8-M con menos de 500 personas, a prohibir todos estos actos. Algunas organizaciones feministas protestaban ayer porque habían recibido el ‘ok’ de la Delegación veinte días atrás.
Con esta decisión, Madrid parece quedarse sola, puesto que las mismas marchas se han autorizado en las delegaciones de Murcia, País Vasco, Navarra, Comunidad Valenciana y Andalucía, amén de la Consejería catalana de Interior. Algunas, como Castilla y León, sopesan prohibirlo; y otras, como Aragón, no ven conveniente juntarse en las calles en este contexto pandémico.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, aplaudió ayer la decisión de Franco, por «prudente», aunque posteriormente criticó en un mensaje en Twitter el cerrojazo en Semana Santa: «No puede ser que el mismo Gobierno que convocó elecciones en Cataluña con peores datos, ahora cierre así España estando mucho mejor». Con 253 casos por 100.000 habitantes en 14 días, Madrid se situaba ayer como la autonomía con mayor incidencia acumulada de España, solo por detrás de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla.
El pasado 24 de febrero, Franco aseguraba en una entrevista en Onda Madrid que iba a autorizar aquellas concentraciones comunicadas en las que se esperaba una asistencia de menos de 500 personas, y que prevaricar sería no dejar ejercer su derecho a quienes deciden reunirse. Franco dijo seguir con ello los criterios fijados por la Consejería de Sanidad madrileña. Pero desde este área negaron la mayor, asegurando que eran varios los criterios aplicados, y no solo eso. De hecho, 24 horas después del anuncio de Franco, desde la consejería madrileña emitían informes desfavorables a las tres manifestaciones sobre las que les había consultado la Delegación.
La decisión inicial de Franco chocó contra un muro aún más duro: el de la ministra de Sanidad, Carolina Darias. En la mente de todos está, ahora que se cumple un año del inicio de la pandemia en España, la muy dura polémica originada en torno a la gran manifestación del 8-M del año
2020. Una protesta que muchas fuerzas políticas situaban en el epicentro de una extensión de los contagios, y que le costó al delegado en Madrid una causa judicial por no haberla evitado, causa que finalmente fue archivada.
Cambio de condiciones
Con todos estos elementos en la coctelera, ayer fue el día en que José Manuel Franco anunció su cambio de criterio, aunque él no lo ve como tal sino como consecuencia de un «cambio de condiciones»: prohibirá todas las manifestaciones comunicadas para el día 8 de marzo, y también las del 7, domingo: 104 en total. La causa la explicó ayer en rueda de prensa muy didácticamente, incluso con un mapa que recogía los puntos en que estaba previsto realizar la mayoría de estas concentraciones, y que coincidían con los distritos del centro de Madrid.
De acuerdo con sus datos, la suma de los asistentes a estos actos, que coincidirían en tiempo y en el lugar, sería una bomba vírica de unas 60.000 personas. Evitar esta concentración, y también los desplazamientos necesarios para llegar y marcharse de las mismas, fueron esgrimidos por el delegado como motivos principales para no permitirlas.
Era imposible, adujo Franco, autorizar estas concentraciones reivindicativas cuando Madrid sigue teniendo niveles de contagio de los más altos de España y «muy por encima de la media nacional». Madrid tiene los peores datos en hospitalización y ocupación de camas UCI. En este último dato, la situación es «peor que la más alta que se tuvo en la segunda ola, en octubre», concluyó Franco, así que pidió a los madrileños «prudencia, responsabilidad y sentido común para parar los contagios juntos».
A las organizaciones convocantes se les han propuestos días y zonas alternativas: «Aunque son lógicas y justas sus reivindicaciones, hay otros momentos y formas de hacerlo», dijo Franco.
En su derecho Franco dijo el pasado 24 de febrero que no impediría marchar a quienes respetan las normas
Protesta de 2020 La protesta de 2020 –este año había previstas 104– le costó una causa judicial al delegado