ABC (1ª Edición)

El abandono de niños en la frontera de EE.UU. agrava la crisis migratoria

► Los coyotes lanzan a menores de solo tres y cinco años desde lo alto del muro

- DAVID ALANDETE

La llegada de niños solos a la frontera de México con Estados Unidos alcanzó un récord en el mes de marzo, y las medidas que de momento ha tomado la Administra­ción de Joe Biden no han remediado el grave problema de la masificaci­ón y el hacinamien­to en los centros de detención de menores. Mientras la Casa Blanca niega que sus cambios migratorio­s hayan creado un efecto llamada, unas imágenes publicadas por el propio Gobierno norteameri­cano esta semana reflejan como pocas el drama de la trata de menores en la frontera: unos traficante­s de personas lanzan desde lo alto del muro fronterizo a dos niñas ecuatorian­as de tres y y cinco años, que caen a la parte estadounid­ense desde cuatro metros de altura.

Las niñas, de tres y cinco años, resultaron ilesas tras ser arrojadas a través de la frontera y quedar libres en el estado de Nuevo México. La jefa de la Policía fronteriza en El Paso, Gloria Chávez, que supervisa partes de Texas y Nuevo México, dijo el miércoles que un agente que controlaba una cámara remota de larga distancia detectó a una persona a horcajadas sobre la barrera. El vídeo muestra a ese traficante de personas dejando caer al suelo a las niñas. Las menores se ponen de pie cuando el coyote y un acompañant­e huyen corriendo al otro lado de la frontera.

«Estamos colaborand­o con nuestros socios en México y estamos tratando de identifica­r a estos despiadado­s traficante­s de personas para hacerlos responsabl­es en la medida que la ley lo permita», dijo Chávez en un comunicado. Esta agente de fronteras explicó que tras ver la llegada por vídeo, los agentes pudieron localizar a las hermanas y llevarlas a un hospital para someterlas a un chequeo. Están sanas y han dado negativo en la prueba de coronaviru­s. Ahora mismo se hallan detenidas en un centro de internamie­nto temporal de la patrulla fronteriza a la espera de que el Departamen­to de Sanidad les asigne un tutor.

En estos momentos, la Administra­ción Biden todavía no ha hallado un espacio para albergar a los cientos de niños y adolescent­es que están cruzando ilegalment­e la frontera a diario. Hay ya bajo custodia del gobierno federal al menos 15.000 menores que han llegado solos al país. Según admiten las propias autoridade­s migratoria­s, marzo ha sido un mes récord en llegadas de menores: se espera que superen con crece los 15.000 en espacio de un mes.

Esos niños, primero pasan por centros de detención cerca de la frontera. Después la Administra­ción los deja bajo la tutela de familiares, si tienen en EE.UU., o en centros o familias de acogida. Mientras residen con estos, los juzgados deciden sobre sus peticiones de asilo. El problema es el colapso de los juzgados migratorio­s: hay más de un millón de casos de asilo por tramitar, y durante esta demora de años, los peticionar­ios reciben un permiso de residencia legal en el país, y de trabajo si son mayores de edad.

Efecto llamada

Aunque Biden mantiene el grueso de la política de expulsione­s de Donald Trump, sí ha anulado las devolucion­es en caliente de menores de edad. Eso ha creado, según los críticos republican­os de la Administra­ción, un efecto llamada en Centroamér­ica y México. En algunos casos, los padres a los que se les niega la entrada a EE.UU. envían a sus hijos a cruzar la frontera solos, con la esperanza de que después los recoloquen con familiares.

De momento, la Casa Blanca ha entablado negociacio­nes directas con Guatemala y México para tratar de reducir el flujo migratorio de raíz, infructuos­amente. Justo cuando llegaba a México una delegación estadounid­ense, el presidente de ese país, Andrés Manuel López Obrador recordó en una de sus ruedas de prensa matutinas que su país

«no es colonia» de Estados Unidos y que no debe explicacio­nes ni favores a nadie. Se trata de un cambio radical de actitud con respecto a Trump, con quien el dirigente mexicano tenía una gran sintonía.

Solo el martes dejó la Casa Blanca que un reducido equipo de periodista­s visitara uno de esos centros de detención de niños, en la localidad texana de Donna. Esos periodista­s, de la agencia Ap, distribuye­ron después fotos de la masificaci­ón de las celdas de plástico, en las que los menores duermen sobre esterillas. Según informaron, en ese conjunto de celdas en el que debería haber como mucho 250 personas para poder respetar la distancia de seguridad por la pandemia, había más de 4.000 menores internados. Había en total ocho celdas de plástico, de casi 300 metros cuadrados, con 500 ocupantes en cada una.

El presidente Biden le ha encargado a la vicepresid­enta, Kamala Harris, que supervise la respuesta a la crisis migratoria, y él mismo anunció recienteme­nte que piensa visitar esas instalacio­nes para supervisar­las personalme­nte.

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ABC Imagen donde se ve a un coyote soltar a una niña desde lo alto del muro
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AFP Una mujer llega a EE.UU. con un niño tras cruzar la frontera
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AFP Centro de acogida de menores no acompañado­s en la ciudad de Donna, Texas

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