«Una vez pase esta pandemia, no podemos pararnos»
► La inmunóloga de Yale Akiko Iwasaki reclama atención y medios para la investigación básica
La inmunóloga Akiko Iwasaki (Iga, Prefectura de Mie, Japón, 1970) se ha convertido en una de las investigadoras más activas en redes sociales al disertar sobre la pandemia de coronavirus SARSCoV-2 sin sacrificar el rigor científico. Profesora en la Universidad de Yale (EE.UU.) y colaboradora ocasional del periódico ‘The New York Times’, ella, junto con un grupo de científicos, ayudó a crear un plan para abordar el Covid-19 en el país norteamericano. Es autora de diversos artículos en las prestigiosas revistas científicas ‘Nature’ y ‘Science’ sobre la pandemia, convirtiéndose en una de las mejores divulgadoras sobre ella en la actualidad. Además, es una gran activista contra el techo de cristal de las mujeres en la ciencia.
—¿Cómo deberíamos prepararnos para las siguientes pandemias?
—El hecho de haber logrado diseñar vacunas en un periodo de tiempo tan corto no debe caer en saco roto. Ha sido un gran triunfo en la investigación científica en general, y ha supuesto un espaldarazo para la investigación científica básica para los próximos años. Sin embargo, una vez que hayamos superado esta pandemia, no podemos pararnos. Es preciso invertir más en la investigación científica básica si queremos estar mejor preparados para las próximas pandemias.
—Cada vez se están reportando más casos de reinfección por el SARS-CoV2. ¿Qué efectos puede tener en el curso de la pandemia?
—Es cierto que el número de casos de reinfección está aumentando. ¿Las causas? Puede deberse a que la inmunidad adquirida a partir de la infección original está disminuyendo y al aumento de nuevas variantes que parecen capaces de escapar a la inmunidad existente en estas personas. Pero tenemos que tener en cuenta que es posible que, simplemente, hay más personas expuestas y reexpuestas al virus en todo el mundo. Lo que debemos averiguar todavía es si las reinfecciones están provocando una enfermedad más o menos grave, y qué determina este resultado. Este es un tema clave que todavía debemos resolver.
—¿Cómo de preocupados deberíamos estar por las nuevas cepas de Covid-19 que están apareciendo en el mundo?
—En la actualidad existen algunas variantes que son preocupantes porque tienen una mayor capacidad de transmisión, de evadirse de los anticuerpos y de los mecanismos de resistencia inmune innatos. Para detener la propagación de dichas variantes, las vacunas deben administrarse a la mayor cantidad de personas posible y lo más rápidamente posible. Pero no debemos olvidarnos de otras medidas esenciales y tenemos que redoblar el uso de mascarillas y el distanciamiento físico.
—¿Es normal que hayan aparecido tantas variantes en tan pocos meses?
—Es un poco sorprendente que todas estas variantes estén surgiendo en diferentes partes del mundo al mismo tiempo. Esta situación podría reflejar el periodo necesario que necesita el virus para seleccionar variantes entre la población, especialmente en pacientes inmunodeprimidos que son portadores del virus durante un periodo prolongado de tiempo.
—Su trabajo analiza a las personas con Covid-19 a largo plazo que no pueden deshacerse de síntomas como la fati
La saliva y el Covid-19
La carga viral de la saliva predice mucho mejor la enfermedad del Covid que la carga viral nasofaríngea
ga y la confusión mental. ¿Podría darnos alguna pista de por qué persisten estos síntomas y si existe un perfil de paciente definitivo? —Creo que hay tres formas posibles en las que puede producir un Covid prolongado. Una es que los síntomas a largo plazo son causados por una infección viral persistente. En segundo lugar, estos síntomas son ocasionados por restos virales que permanecen en el organismo pero que no se trata de virus infecciosos, sino de ARN y/o proteínas virales. En tercer lugar, el Covid prolongado podría estar provocado por respuestas autoinmunes contra los autoantígenos. Estas tres posibilidades no son excluyentes. En algunas personas con Covid-19 persistente puede haber una única causa o coincidir dos o tres. Es importante comprender cuáles de estas situaciones están sucediendo en cada paciente para que podamos proporcionar la terapia adecuada. —Uno de sus trabajos durante la pandemia fue demostrar que la cantidad de virus en la saliva puede predecir la gravedad de la enfermedad. ¿Cómo funciona?
—En colaboración con el laboratorio de Aaron Ring, en la Universidad de Yale, descubrimos que la carga viral de la saliva predice mucho mejor la gravedad y el resultado de la enfermedad que la carga viral nasofaríngea. Sospechamos que esto se debe a que la saliva acumula virus de órganos como el tracto respiratorio inferior, donde el SARS-CoV-2 puede causar mucho más daño que el tracto respiratorio superior (detectado por el frotis nasofaríngeo). Los virus en el tracto respiratorio inferior pueden impulsarse hacia arriba a través de la escalera mecánica mucociliar de las vías respiratorias y terminar en la cavidad bucal.