Komunismo
Lo de Hacienda con los ERTE sí que es ir a provocar: cobrad menos y pagad más
PONER una ‘k’ donde siempre hubo una ‘c’ o una ‘q’ y ‘tx’ en lugar de la ‘ch’ es el principal rasgo del neosocialismo leninista. El adoquín es facha y el ‘adokín’ es marxista. La vacuna es conservadora y Bakunin fue el padre del anarquismo. Por eso lo correcto es escribir Abascal y Etxenike. Así no se confunde nadie. Vox va a Vallecas y Podemos a Vallekas. Los ejércitos de ‘bots’ de las redes sociales escriben ‘k pasa’ para distanciarse del muy conservador ‘qué pasa’. Esta distinción permite discernir con más claridad lo que pasó en el mitin del otro día: la ‘k’ atacó a la ‘c’. Con este croquis creo que hasta Pablo Iglesias puede orientarse. No se trata de un conflicto de ideas, es mucho más primario. Alfabetismo subdesarrollado. Como aquel banderillero al que Juan Belmonte le preguntó cómo había llegado a Gobernador Civil —«degenerando», le respondió—, la gente con cabeza ha ido decayendo socialmente hasta poder usarla sólo como blanco de las piedras que lanza la gente con ‘kabeza’. El ‘komunismo’ ha matado al comunismo y ahora todo es una distorsión: los paladines del pacifismo justifican la violencia contra sus contrarios porque ellos la provocan yendo a su territorio. ¡Oh, la insoportable libertad!
Hablemos de provocaciones. Los 755.613 españoles que se tuvieron que acoger a un ERTE el año pasado vieron reducidos sus ingresos por el parón de la economía para frenar la pandemia. El Gobierno anunció su ya tradicional rescate salvapatrias. Pero con trampa. Las ayudas se pagaron sin retención fiscal y en el borrador de la Declaración de la Renta viene un crujido que para muchas familias de los barrios superprotegidos por Podemos será la muerte a pellizcos. Cobrad menos y pagad más. ‘Komunismo’ de libro. Pero ahí no acaba la provocación. El que dice que Vox convocó un mitin en Vallecas «con el fin deliberado y evidente de provocar altercados en el barrio» y que las verdaderas víctimas eran quienes estaban abriendo cabezas ajenas ha solicitado una indemnización de 5.316 euros mensuales hasta junio de 2022 por dejar la Vicepresidencia. Es tan bueno que va por delante de la evolución alfabética leninista y merece el distintivo rojo de la ‘k’ doble.