¿Una nueva burbuja inmobiliaria?
A riesgo de ser reiterativo, que es algo de lo que algunos me tachan últimamente, creo que hay que hacer el punto de la promotoras residenciales como otro de los sectores económicos que más se va a beneficiar de las dinámicas económicas. Quizás la mejor pista la hemos tenido en el mucho mejor comportamiento que ha tenido el sector residencial en esta crisis, sobre todo en vivienda nueva. Los precios se han mantenido y las ventas han sido mucho mejor de lo que los más optimistas podían esperar.
Empezando por el final, lo más probable es que esta fiesta termine en unos cuantos años con una burbuja inmobiliaria. Los tipos de interés reales negativos en los que llevamos incidiendo una temporada son gasolina para el residencial. En el momento en el que te financias por debajo de lo que renta la vivienda en alquiler, la bomba está cebada. Y el principal riesgo que sería que los bancos centrales reaccionaran parece que está fuera de toda discusión. En la situación actual, los bancos centrales van a ir por detrás de los acontecimientos. Tienen la lección aprendida. Y además saben que la única solución sensata al alto endeudamiento público fruto de las políticas extraordinarias que de forma muy acertada se han llevado a cabo es convivir con inflaciones por encima de los límites con el objetivo de que la deuda valga menos.
Una de las economías que más se beneficia de la recuperación sostenida de la promoción residencial es la española. No solo –que desde luego– por la afición que tenemos los españoles a invertir en ladrillo, sino porque dadas las características de España, es claro destino de inversión extranjera. El precedente de tipos de interés reales negativos lo tenemos cercano. Es el periodo que algunos definieron como el del milagro económico de Aznar o Rato. Durante muchos años convivimos con tipos de interés europeos e inflaciones españolas. Ya sabemos lo que fue eso. Ahora estamos todavía en los primeros compases del ciclo. Y la economía española va a ser la que se beneficie del creciente interés tanto de los particulares como institucionales. Es un sector muy intensivo en mano de obra y su recuperación se retroalimenta.
Hay una máxima que reza que la mejor forma de protegerse de una burbuja es que te pille dentro. El inversor en Bolsa tiene la suerte de que algunas cotizadas te dan exposición al sector en distintas versiones que deberían beneficiarse de la recuperación del sector. El tiempo dirá.