Del Rivero declara que desistió del BBVA por miedo tras el incendio de la torre Windsor
► Sebastián y Arenillas cuentan al juez el calvario por el espionaje de Villarejo
El expresidente de Sacyr, Luis del Rivero, el exministro Miguel Sebastián y el exvicepresidente de la CNMV Carlos Arenillas, detallaron ayer ante el juez el espionaje que habrían sufrido de Villarejo por encargo del BBVA en la llamada ‘Operación trampa’, en 2004.
El expresidente de Sacyr, Luis Del Rivero, el exministro de Industria Miguel Sebastián y el ex vicepresidente de la CNMV, Carlos Arenillas, comparecieron ayer ante el juez del caso Villarejo para dar cuenta de lo que padecieron por la operación ‘Trampa’, un proyecto del polémico comisario desplegado en 2004 por encargo, de acuerdo a los investigadores, del BBVA que presidía Francisco González para frenar el avance de la constructora en su accionariado.
Los tres, que constan como perjudicados y acusaciones en la causa que se instruye en la Audiencia Nacional, formaban parte de lo que José Manuel Villarejo denominó en sus informes «grupo hostil», y que la trama consideraba un conjunto de potenciales enemigos del banco que apoyaban ese intento de Sacyr de entrar en el Consejo de Administración con un 7% de las acciones con apoyo de Societé Generale.
Además de informes de seguimiento y datos reservados, al comisario le encontraron en su detención información del tráfico de miles de llamadas de estas y otras personas relacionadas. Del Rivero era, no obstante el objetivo prioritario. Según explicó a preguntas del juez y la Fiscalía Anticorrupción, su proyecto de entrar en el Consejo del BBVA contaba con todas las venias, tanto del Gobierno de entonces presidido por José Luis Rodríguez Zapatero como del PP, principal partido de la oposición, pues con ambos había tenido interlocución. De hecho, detalló que consultó sobre el tema también al entonces ministro de Economía Pedro Solbes, al propio Sebastián, que dirigía la Oficina Económica de Moncloa y al gobernador del Banco de España, Jaime Caruana, sin encontrar oposición, según informan a ABC en fuentes jurídicas.
Sin embargo, una importante campaña de desprestigio y dos infartos que atribuye a aquella presión, le llevó a cuestionarse la operación. El incendio del Windsor en febrero de 2005 puso la puntilla. Según declaró, porque intuyó algo más y no quiso «una guerra» que le costara la vida. La emblemática torre del BBVA en Madrid ardió por razones que nunca se aclararon y con ella, la documentación de auditoría sobre FG Inversiones Bursátiles, una sociedad que Francisco González vendió a Merryl Lynch en un negocio que, en aquel momento, investigaba Anticorrupción por derivación de la CNMV.
Con todo, la defensa del BBVA cuestionó su discurso por contraste con los hechos relevantes que generó Sacyr y con la capacidad que tenía para tamaño proyecto, según las mismas fuentes.
Miguel Sebastián, lamentó que el espionaje e intento de montaje al que fue sometido le perjudicó «por intereses espurios». «Casi prefiero la homofofia. Esto ha sido por una cuestión económica. Todo por dinero», señaló, según las mismas fuentes. Conforme detalló, se desplegó contra él un «linchamiento» mediático que le impactó en lo personal, en tanto que se aireaban circunstancias de su vida y en lo profesional, afectando a su carrera. Cabe recordar que de acuerdo al sumario, Villarejo intentó organizar a Sebastián un escándalo sexual.
Por último, Arenillas, visiblemente emocionado, explicó que ante la sospecha de que le seguían en casa y en su coche, la propia Policía le puso contravigilancia. Los agentes encargados le dijeron que efectivamente, otros policías le seguían pero eran «unos don nadies». «Me recorrió un escalofrío», contó al juez. Supo que no iban a hacer nada por él, como tampoco su jefe, pues según declaró, a Manuel Conthe, presidente de la CNMV, «tampoco pareció importarle».