ABC (1ª Edición)

Insegurida­d Social

Quien a día de hoy, de cualquier grupo de edad y generación, esté seguro de que va a cobrar la pensión que levante la mano

- MARÍA JESÚS PÉREZ

NOS está quedando un país muy bonito. España es ya un patio de monipodio donde cada cual va a lo suyo y el que venga detrás que arree. Unos aprovechan para recortar plantilla aprovechan­do una supuesta fusión –se llama más bien absorción–; otros montan una Superliga para decir que el balón es suyo y que ahí juega quien les da la gana; y los del más allá –sic, por Plus Ultra, claro– se llevan las subvencion­es por la patilla para una aerolínea que vuela más bien poco y bajo. Es la España de tócame Roque. La España en la que Pedro Sánchez, como presidente nuestro que es –o de eso gusta presumir él, y a los demás nos gustaría poder hacerlo pero va a ser que no–, nos debe una explicació­n. Y nos la va a dar, sí... exactament­e como Pepe Isbert a los vecinos de Villar Del Río en ‘Bienvenido Mister Marshall’.

Y mientras tanto, Europa exigiéndon­os reformas a cambio de soltar la pasta y el Gobierno diciendo que ni una, ni dos, ni tres, que mejor ¡102! Mejor que sobre que no que falte, ¡vamooos! Pues... algunos en Europa –léase la Alemania frugal, por ejemplo, y alguno más similar– se conformarí­an con poner en marcha de una vez por todas la fiscal, dar una vuelta a la laboral y, sobre todo, una de pensiones.

Y es que al paso que vamos no vamos a tener ni para un retiro digno ni la próxima generación, ni mucho menos la siguiente, ni para dentro de vete tú a saber cuántas más tal y como va la evolución de la pirámide poblaciona­l menos piramidal que nunca de aquí a nada. Todo son patadas hacia delante y el siguiente que llegue que se coma el marrón, o no, como diría aquel. Hemos escuchado ya tantas medidas por implantar en breve y tanto relato cambiante cada diez segundos que ya no sabemos lo que llevará el titular de la cartera de la cuestión a Europa. A saber, José Luis Escrivá, el ministro de ‘Insegurida­d Social’, que lo último que parece que quiere presentar a bombo y platillo a nuestros socios es una reforma en dos fases, ambas con recortes, aunque el grueso lo quiera posponer a la próxima legislatur­a. Lo dicho, al que venga después y si te he visto no me acuerdo. Su idea de hoy, mañana ya será otro día, es que el nuevo ‘factor generacion­al’ comience a operar en 2027, un año que estará marcado por la incorporac­ión de los hijos del ‘baby boom’, casi 14 millones de niños nacidos entre finales de los 50 y los 70, que comenzarán ya mismo a jubilarse, en 2023, tras largas carreras de cotización.

Pero, por ahora los ‘baby boomers’ serán los primeros en quedarse a dos velas si eso. Será pues la primera generación en notar más que nunca la escasez de la hucha de pensiones, que tiene el sistema tiritando desde hace años. Y si los pensionist­as de ya van a ver medio euro, ¿los jóvenes de hoy? El que a día de hoy –de cualquier grupo de edad– esté seguro de que va a cobrar la pensión que levante la mano. Ni contando con los dedos de una mano.

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