ABC (1ª Edición)

Los toros, un conflicto en el PSOE por su alianza con los antitaurin­os de Podemos

Mientras el Gobierno de Sánchez desprecia la Fiesta, comunidade­s socialista­s como Extremadur­a y Castilla-La Mancha la defienden sin complejos.

- MARIANO CALLEJA

Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso eligieron ayer para uno de los actos centrales de la campaña popular Pozuelo de Alarcón, un municipio con una de las mayores rentas de España, donde el PP gobierna desde hace 38 años y que es uno de sus feudos más sólidos en todo el país.

El ambiente en el partido, a diez días de las elecciones, sigue siendo triunfalis­ta, con unas encuestas internas que reflejan una victoria holgada de Ayuso el 4 de mayo, y que lleva a sus dirigentes a pedir a los suyos que no se confíen porque nada está ganado.

El PP quiere mantener su rumbo fijo en esta campaña, en medio del enfrentami­ento abierto entre Vox y Podemos y después de la trifulca en el debate electoral del viernes en la Ser. «No nos descentrem­os», pidió Ayuso ante un público volcado. «No caigamos en guerras estériles», advirtió, en medio de la pelea de la izquierda contra el partido de Abascal por poner en duda las amenazas de muerte que recibió Iglesias en una carta, con balas incluidas. Ese llamamient­o a mantenerse en la centralida­d separa al PP de la posición de Vox, un camino que ya marcó Casado el día anterior, cuando condenó, de forma rotunda y sin matices, las amenazas a Iglesias.

En Pozuelo, Casado y Ayuso se desmarcaro­n de la guerra de Vox y Podemos y de la espiral radical que ha originado. El líder del PP rechazó esa «España a garrotazos». «No queremos ni piedras ni balas», en referencia a la violencia que sufrió Vox en un acto político en Vallecas, y también a las amenazas recibidas por Iglesias. Casado defendió una «libertad sin ira» y el espíritu de concordia de la Transición.

Sin cambiar el rumbo «No nos descentrem­os», alertó Ayuso, en la misma línea que Casado: «Nosotros, a lo nuestro»

«Fabrican problemas» La candidata del PP acusó a sus rivales de «fabricar problemas inexistent­es»

«Nosotros a lo nuestro. Nos pagan un sueldo para servir a los españoles, para resolver sus problemas, no para pelearnos. Tenemos que servir a todos», advirtió el líder del PP. Casado aprovechó para acusar a la izquierda de resucitar el ‘dóberman’, símbolo del discurso del miedo que utilizó el PSOE en la campaña de 1996, que acabaría con la primera victoria de Aznar en unas generales. «Lo peor que ha hecho la izquierda es volver a resucitar el discurso del miedo», remarcó.

Leguina y González

Casado reivindicó la unidad que, a su juicio, representa el proyecto del PP. «Aquí caben todos», aseguró, desde el centro-derecha hasta los socialista­s que no se sienten representa­dos en este PSOE. Por eso, abrió la puerta a los antiguos votantes de Leguina, de Felipe González y de Rubalcaba.

Según la última encuesta de GAD3 publicada en ABC, casi 90.000 electores que votaron a Sánchez en las generales de noviembre de 2019 optarían ahora por Ayuso. Según el CIS, el PSOE mantiene una fidelidad de voto, respecto a las autonómica­s madrileñas de 2019, del 47,9 por ciento. Su principal fuga se dirige hacia Más Madrid: el 12,2 por ciento, pero hay un 6,2 por ciento que está dispuesto a apoyar ahora al PP.

En su intervenci­ón, Ayuso pidió a los populares que no se relajen y no equivoquen el camino para evitar entrar en peleas ajenas que no llevan al PP a ningún lado, y acusó a sus rivales de «fabricar a última hora problemas inexistent­es para tapar lo importante». La candidata a la reelección está convencida de que el 4 de mayo cambiará el rumbo de España por su trascenden­cia nacional, y permitirá, dijo, lanzar a Casado hacia la Presidenci­a del Gobierno.

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EFE Casado y Díaz Ayuso, ayer en el mitin de Pozuelo de Alarcón
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