ABC (1ª Edición)

Cui prodest

La pregunta sigue siendo la misma: no quién gusta más a los madrileños, sino quién les mete más miedo, Iglesias o Abascal

- JOSÉ MARÍA CARRASCAL

QUIEN amenazó de muerte a Grande Marlaska, junto a Iglesias y la directora de la Guardia Civil, no sólo es un «descerebra­do», como le calificó el ministro de Interior, sino también un imbécil. Un memo, un tonto de capirote, incapaz de ver un burro a tres pasos ni de distinguir el día de la noche. Alguien dispuesto a matar a tres familias no lo avisa de antemano, sino comienza a cepillárse­las con el mayor sigilo, dadas las muchas posibilida­des de que le detengan. Luego, porque incluir balas en el envío da pistas sobre él. Pero, sobre todo, porque el efecto de su animalada no daña a los tres amenazados, sino, al revés, les da un aura de mártires potenciale­s y repercute desfavorab­lemente en sus rivales, entre los que parece encontrars­e. De entrada, ha puesto de nuevo en órbita a Iglesias, tras los últimos fracasos cosechados. Para resumir: un auténtico desastre. Ya se habla de que la campaña electoral ‘ha dado la vuelta’.

¿Se puede ser tan lerdo?, me pregunté tras estas reflexione­s. Y aunque la primera respuesta fue: «No, imposible», tras recordar que tanto en la extrema derecha como en la extrema izquierda hay quienes piensan más con las vísceras que con el cerebro, tuve que confesar que sí, que los y las hay. La misma reacción de la candidata de Vox a la impertinen­te exigencia de Iglesias, especialis­ta en insultos a sus rivales, de que condenara esos mensajes, en vez de una evasiva, hubiese tenido que ser: «No sólo los condeno, sino que vamos a abrir una investigac­ión para averiguar si alguno de nuestros seguidores está envuelto en ello, y expulsarle, ya que consideram­os que en una democracia, el Estado, a través de la Justicia y las Fuerzas de Seguridad, es el único autorizado a usar la fuerza. Muy al contrario de ustedes, que en vez de condenarlo cuando nos apedrean, lo justifican e incluso nos culpan de ello». Con lo que hubiera salido mucho mejor parada.

Mucho me temo que la investigac­ión abierta por el Ministerio de Interior para averiguar quién está tras esta animalada no lleve a ninguna parte, pues se habrán cuidado de no dejar rastro. Pero me he acordado de uno de los principios del Derecho Romano, aún actual, aplicable a las situacione­s en que resulta imposible determinar el autor de una felonía. Me refiero al ‘Cui prodest’, el ¿A quién beneficia? En este caso, resulta evidente que no al que intenta echarse el muerto, nunca mejor dicho, Vox, o la derecha en general, y en particular a Díaz Ayuso, que de golpe se halla a la defensiva. Beneficiad­a, en cambio, es la izquierda, de nuevo favorita. Aunque la pregunta sigue siendo la misma: no quién gusta más a los madrileños, sino quién les mete más miedo, Iglesias o Abascal. Quedando aún partido, como en la Liga, por jugar.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain