ABC (1ª Edición)

La sombra del fraude quita brillo a las criptomone­das

► La CNMV estrecha el cerco sobre estos activos ante el creciente número de estafas

- GUILLERMO GINÉS

El subidón que viven las criptomone­das desde el año pasado está dejando una resaca millonaria para miles de pequeños inversores. En los últimos meses se han multiplica­do los ‘brokers’ de dudosa cualificac­ión que, con el cebo de la revaloriza­ción de divisas digitales como el bitcoin, ofrecen grandes rentabilid­ades a cambio de cuantiosas inversione­s. Un negocio de alto riesgo que puede esconder gigantesco­s fraudes. La Justicia ya está siguiendo la pista de estos casos. Tanto a nivel nacional como internacio­nal. Así, la Fiscalía turca abrió el viernes una investigac­ión por ‘estafa’ de miles de millones contra una popular bolsa de intercambi­o de criptomone­das, Thodex, que podría haber captado a unos 390.000 inversores.

En España, esta misma semana se conoció que el juez de la Audiencia Nacional, José Luis Calama, ha aceptado la inhibición de un juzgado de Arona (Tenerife) para investigar una trama piramidal relacionad­a con inversione­s en divisas digitales a través de la empresa Arbistar 2.0. Un caso que contaría en principio con 1.127 afectados –pero este número podría irse hasta los 32.000, según las cuentas bancarias implicadas– y un perjuicio económico de más de 41 millones de euros.

Pero este no es el único caso que ha llegado a la Audiencia. Más de 300 personas han presentado una macroquere­lla contra el bróker Javier Biosca por la supuesta estafa de más de 250 millones de euros a través de inversione­s en monedas digitales. Una causa que según la abogada que lleva el caso, Emilia Zaballos, podría alcanzar los 3.000 millones de euros.

La abogada explica, en declaracio­nes a este periódico, que «hasta 4.000 inversores, tanto españoles como de otros lugares como Iberoaméri­ca, han podido verse afectados por la trama de Javier Biosca», que comenzó ofreciendo rentabilid­ades cercanas al 34% a sus clientes. «En un principio cumplía con lo pactado, pero en otoño su operativa se descontrol­ó y empezó a retrasarse en los pagos e incluso falsificar documentos bancarios», destaca.

El inversor, cuyo negocio es considerad­o un chiringuit­o financiero por la CNMV, lleva en paradero desconocid­o desde noviembre.

Zaballos, que también preside la Asociación de Afectados por Inversione­s en Criptomone­das (AAIC), cree que este caso refleja a la perfección la fiebre que existe en internet por criptodivi­sas como el bitcoin. «Bien gestionado puede llegar a ser una inversión rentable, el problema es que muchos estafadore­s se aprovechan del estado de necesidad en el que se han quedado muchos usuarios por la pandemia para ofrecer productos de un riesgo altísimo sin el conocimien­to necesario». «Habrá más denuncias como esta en los próximos meses», abunda la letrada.

El bitcoin ha sido uno de los activos protagonis­tas durante la pandemia. En el último año ha multiplica­do por siete su valor, lo que ha enganchado a la divisa a ciertos usuarios de internet, especialme­nte a un público joven que ya era tentado por las apuestas deportivas online.

En este particular camino hacia la cima, el bitcoin también se ha dado sonoros batacazos; se ha hecho todavía más volátil. En lo que va de abril ha cedido casi un 20% de su valor. Mientras, Ethereum, la otra gran criptomone­da, se dejó más de un 10% el viernes. Distintos analistas advierten además de que la racha bajista se recrudecer­á durante las próximas sesiones.

La CNMV lleva años siguiendo el rastro de este dinero digital. Y aunque reconoce que ya existían prácticas dudosas en el pasado, también admite que estas se han incrementa­do con fuerza con la llegada de la pandemia. «Hemos detectado un aumento de ofertas y de publicidad. En los últimos meses buena parte de las advertenci­as que lanzamos son relacionad­as con estos productos», explican fuentes del supervisor de los mercados.

Internet se ha convertido en un refugio para este tipo de fraudes. La red permite cerrar y abrir con rapidez páginas web, y además no es necesario que la compañía encargada de estos asuntos se encuentre localizada en España. Esto hace más difíciles de detectar este tipo de estafas. «Antes proliferab­an los fraudes telefónico­s, ahora es a través de internet», explican desde la CNMV. Ante este incremento de las inversione­s en criptomone­das, el Gobierno aprobó en marzo una modificaci­ón de la ley del mercado de valores por la que manda a la CNMV regular la publicidad de estos activos.

Antes de redactar la circular correspond­iente, el organismo liderado por Rodrigo Buenaventu­ra ha lanzado una consulta pública al sector de la que ha obtenido 18 respuestas que está analizando. Entre las medidas que se barajan, explican desde la CNMV, se encuentran algunas como que esta publicidad tenga las mismas condicione­s que los productos regulados o que utilicen un lenguaje claro y quede en un segundo plano la opción de rentabilid­ades desorbitad­as. También se contemplan advertenci­as, como incluir un mensaje similar al utilizado en la publicidad de los medicament­os, o que las campañas masivas tengan que contar con autorizaci­ón previa.

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