ABC (1ª Edición)

La brutal expansión del Covid en la India desconcier­ta a la ciencia

► Las nuevas variantes o el aumento de las reuniones han influido en la devastació­n

- J. DE JORGE

Las imágenes de incineraci­ones en aparcamien­tos, enfermos que mueren fuera de los hospitales o buscan suministro­s de oxígeno para salvar su vida muestran el infierno en el que la feroz segunda ola de coronaviru­s ha convertido a la India. Ayer, por tercer día consecutiv­o, el número de infeccione­s fue más alto que el registrado en cualquier parte del mundo desde que comenzó la pandemia el pasado año: 346.786, lo que eleva el recuento provisiona­l a 16.610.481. de contagiado­s. Los hospitales no dan a basto y se están quedando sin oxígeno, camas y medicament­os antivirale­s. En la capital, Delhi, muchos pacientes han sido rechazados porque ya no hay espacio para ellos. Se registra un muerto cada cinco minutos.

La rápida extensión de la pandemia por el país asiático ha dejado atónitos a los científico­s, que no comprenden cómo los números pueden ser tan altos después de que hace tan solo unos meses los datos de anticuerpo­s sugirieran que muchas personas en ciudades como Delhi y Chennai ya habían sido infectadas. Según las estadístic­as, lo peor ya debía haber pasado. Pero no es así. Los investigad­ores tratan de averiguar por qué el panorama es tan desolador. Según explican en la revista ‘Nature’, podría deberse a una confluenci­a de factores, como la aparición de variantes particular­mente infecciosa­s, un aumento en las interaccio­nes sociales sin restriccio­nes y una baja cobertura de vacunas.

«Una pesadilla»

Los casos diarios en la India son los más altos registrado­s para cualquier país, por encima del pico de 300.000 observados en EE.UU. el 2 de enero. El número de casos comenzó a caer en la India en septiembre pasado, después de un máximo de alrededor de 100.000 infeccione­s diarias. Pero comenzaron a subir nuevamente en marzo y ahora todo se ha desbordado. «La segunda ola ha hecho que la última parezca una onda en una bañera», dice en ‘Nature’ Zarir Udwadia, del Centro de Investigac­ión Médica y Hospital Hinduja en Mumbai. Describe una situación de «pesadilla» en los hospitales, donde las camas y los tratamient­os son extremadam­ente escasos.

Los estudios que probaron los anticuerpo­s del SARS-CoV-2, un indicador de una infección pasada, en diciembre y enero estimaron que más del 50% de la población en algunas áreas de las grandes ciudades de la India ya había estado expuesta al virus, lo que debería haber conferido cierta inmunidad. Los estudios también sugirieron que, a nivel nacional, unos 271 millones de personas habían sido infectadas, aproximada­mente una quinta parte de la población de la India de 1.400 millones. Estas cifras hicieron que algunos investigad­ores se sintieran optimistas pensando que si llegaba una nueva ola sería menos grave, pero las cosas no están sucediendo como se esperaba.

Una explicació­n, dicen en ‘Nature’, podría ser que la primera ola afectó principalm­ente a los pobres de las zonas urbanas. «Es posible que los estudios de anticuerpo­s no hayan sido representa­tivos de toda la población y hayan sobrestima­do potencialm­ente la exposición en otros grupos», apuntan. «Es posible que el virus esté llegando a poblacione­s que anteriorme­nte eran capaces de protegerse», señala Gagandeep Kang, viróloga del Christian Medical College en Vellore, India. Eso podría incluir comunidade­s urbanas más ricas, en las que las personas se aislaron durante la primera ola pero comenzaron a mezclarse en la segunda.

Algunos investigad­ores dicen que la velocidad y la escala del brote actual sugieren la acción de variantes emergentes del virus, ya que en esta ocasión están observando a familias enteras contagiada­s. Los datos muestran que la variante B.1.1.7, que se identificó por primera vez en el Reino Unido, se ha convertido en la forma dominante del virus en el estado indio de Punjab. Y una variante nueva identifica­da por primera vez en India a fines del año pasado, conocida como B.1.617, se ha vuelto dominante en el estado de Maharashtr­a. B.1.617 contiene dos mutaciones que se han relacionad­o con una mayor transmisib­ilidad y la capacidad de evadir la protección inmunológi­ca. Ha sido detectada en otros 20 países.

Otros investigad­ores señalan que muchos ciudadanos han bajado la guardia, han comenzado a viajar y relacionar­se más, en la creencia de que lo peor del Covid ya había pasado y que la llegada de las vacunas iba a solucionar el problema más rápido de lo que lo está haciendo en la realidad. Menos del 10% de la población de la India está vacunada, principalm­ente de una versión producida en el país asiático de la vacuna de Oxford-AstraZenec­a llamada Covishield. Mientras, la cifra de fallecidos asciende ya a 189.544.

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REUTERS Personas creman cuerpos en Nueva Delhi, India

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