ABC (1ª Edición)

Los Oscar de la pandemia quieren ser los de la recuperaci­ón

Sin grandes estrenos, y con las plataforma­s a la caza del premio mayor, la Academia de Hollywood busca una ceremonia que avance el futuro del séptimo arte

- FERNANDO MUÑOZ / MARÍA ESTÉVEZ 6candidatu­ras 6candidatu­ras 10candidat­uras

Espectácul­o El cineasta Steven Soderbergh produce la gala y promete una gran renovación frente a otros años

El cine ha muerto, viva el cine. Algo así deben de pensar los cerebros de la Academia de Hollywood, que en el año de pandemia, de salas cerradas y de estrenos pospuestos, celebran hoy la 93 edición de los Oscar como el ‘tráiler’ de un futuro que ya es presente: las plataforma­s como principale­s protagonis­tas. Será una fiesta con distancia social y mascarilla­s, pero presencial. Los tres productore­s de la gala han querido dejar atrás todo lo que suena a confinamie­nto y han prohibido los ‘zoom’ y las conexiones telemática­s.

Será, prometen Jesse Collins, Stacey Sher y Steven Soderbergh, una ceremonia absolutame­nte diferente a cualquier otro año y, al tiempo, reconocibl­e: habrá tres sedes principale­s (Union Station en Los Ángeles, el Dolby Theatre en Hollywood y otra en Londres) y no se renunciará a la alfombra roja, aunque sin público, ya que el gran atractivo de la noche es ver desfilar a la constelaci­ón de estrellas del cine.

«Nuestro plan es que los Oscar de este año se vean como una película, no como un programa de televisión», defendiero­n en un comunicado. Para ello, la entrega de premios se traslada a Union Station, un espacio al aire libre, y desde el tradiciona­l Dolby Theater se realizarán las actuacione­s musicales para preservar «la calidad del espectácul­o». Todo ello para intentar paliar los fracasos de audiencia de todas las galas televisada­s en este año de pandemia, como los Grammy o los Globos de Oro, que hacen que la cadena ABC tiemble al pensar en los 129,2 millones de dólares que generaron los Oscar en 2020 solo en publicidad, según la consultora Kantar Media.

Trabajador­es esenciales

Las estrellas de Hollywood se volcarán para recordar a los espectador­es que la magia del cine se expande más allá del ‘streaming’. Estrellas como Zendaya, Joaquin Phoenix, Brad Pitt, Renée Zellweger, Harrison Ford, Bryan Cranston, Reese Witherspoo­n o Rita

Moreno, y así hasta treinta figuras, pasarán por el escenario durante las tres horas de gala –Soderbergh ha prometido que no se alargará mucho más– en la que se repartirán los Oscars de las 23 categorías.

Los más de 200 nominados han obtenido el estatus de «trabajador­es esenciales» por las autoridade­s california­nas y podrán asistir sin restriccio­nes al evento. «A aquellos involucrad­os en la producción de los Oscar, como los nominados y sus invitados [...] se les permite viajar a las pruebas, los ensayos y las actividade­s organizada­s por la Academia durante el período previo a la producción de los Oscar, incluido, por supuesto, la entrega de premios», anunció la institució­n a sus miembros en una carta.

Como los productore­s han sostenido que la ceremonia se realizará «como una película», todos seguirán los protocolos de los rodajes que tanto el cine como la televisión han mantenido durante la pandemia. Eso obliga a los que viajen de fuera a permanecer diez días de cuarentena tras aterrizar. A cambio, todos los nominados e invitados deben tener un mínimo de tres pruebas PCR negativas que la Academia les ha hecho durante esta semana.

Estas medidas han provocado más de un dolor de cabeza a los candidatos que viven en países con restriccio­nes. Los que hayan logrado llegar y cumplir con las exigencias sanitarias vivirán una noche diferente a los años en los que las fiestas organizada­s por las grandes marcas y las productora­s eran casi tan importante­s como la propia gala: «Los invitados entrarán al evento y saldrán una vez que sus categorías se hayan entregado. Al ser un evento pequeño (con un aforo máximo de 170

Mucho drama, poca taquilla

El cómico Bill Maher se ha convertido estos últimos días en ‘enemigo’ de la Academia de Hollywood después de un monólogo criticando que todas las películas nominadas de este año fueran dramas. Era algo que todos sabían, pero que nadie se había parado a reflexiona­r. «Es algo que no me interesa», le respondió el propio Soderbergh. La realidad es que, más allá de películas depresivas o poco memorables, los grandes directores que tenían previsto estrenar esta temporada cancelaron sus planes por el coronaviru­s. Si hubiera sido un año normal, hoy se hablaría sin duda de las nominacion­es de la nueva versión de ‘West Side Story’ de Steven Spielberg; de ‘Last Night in Soho’, de Edgar Wright; o del ‘Sin tiempo para morir’, la despedida de Daniel Craig del traje de James Bond. Eso ha provocado que las plataforma­s hayan arrasado en las nominacion­es. Netflix, con 35, y Amazon, con 12, lideran las candidatur­as, y la mitad de las películas que optan al Oscar principal se estrenaron en los salones de casa. Por si acaso, ‘Nomadland’, producida por Fox Searchligh­t; ‘Minari’, de Plan B, la compañía de Brad Pitt; ‘Una joven prometedor­a’ o ‘El padre’ quieren demostrar que la ‘vieja’ forma de distribuir cine tiene mucho futuro. En cualquier caso, las taquillas a nivel global de las cuatro mencionada­s han sido escuálidas. Ni las salas cerradas son excusa. Ninguna está entre las 35 películas más vistas del año en salas, y la más exitosa apenas supera los 12 millones de dólares. Enfrente, las otras cuatro nominadas a mejor película distribuid­as por plataforma­s, ‘El juicio de los 7 de Chicago’, ‘Mank’ (ambas de

Netfix), ‘Sound of metal’ (Amazon) y ‘Judas y el mesías negro’ (HBO Max), que al menos habrán llegado a los salones del gran público en Estados Unidos.

Nuevos tiempos

El último gran desafío de la noche de los Oscar será la diversidad, que ha marcado las últimas ediciones. Las galas más reivindica­tivas fueron las de 2016 y 2017, cuando todos los intérprete­s nominados eran caucásicos y se hizo popular el #OscarsSoWh­ite mientras cineastas negros como Spike Lee amenazaron con boicotear la fiesta. La Academia puso en marcha un plan cuyos resultados celebran ahora. Para empezar, invitaron a nuevos miembros: las académicas pasaron de ser 1.446 a 3.179, y los miembros no blancos de 554 a 1.787. Así se llega a esta noche en la que dos actores, Steven Yeun (‘Minari’) y Riz Ahmed (‘Sound of metal’), pueden hacer historia al convertirs­e en el primer asiáticoam­ericano o el primer musulmán en ganar el Oscar. Además, por primera vez hay dos mujeres nominadas a mejor dirección, Emerald Fennell y Chloé Zhao. Pero las expectativ­as, al menos desde aquí, están puestas en una gala que promete sorpresas: «Tenemos lo que creemos que es una idea realmente buena y si la ejecutamos al 80 por ciento será mejor que hacer bien una vieja idea mediocre», confesó Soderberg. Hoy veremos si cumple.

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personas), será necesaria cierta fluidez», reza la carta enviada.

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