ABC (1ª Edición)

Desacierto y cansancio con la mente puesta en la Champions

- TOMÁS GONZÁLEZ-MARTÍN

El sueño de alcanzar la quinta final de la Champions en ocho años pesaba demasiado. Los futbolista­s del Real Madrid disputan el martes la semifinal de la Copa de Europa y ese objetivo se notó mucho en los jugadores. Zidane pedía a sus pupilos que pensaran en ganar la Liga, que aparcaran el reto europeo hasta después del partido frente al Betis, pero era imposible. El conjunto blanco perdió anoche cuarto y mitad de la Liga. La cabra siempre tira al monte y en el césped había hombres que tienen hambre de levantar por quinta vez la copa que ha marcado sus carreras. Era el sentimient­o que tenían Casemiro, Modric, Carvajal, Varane, Nacho, Isco, Marcelo y Benzema. Inasequibl­e al desaliento, incombusti­ble, enemigo del descanso, el delantero francés buscó el gol sin acierto. Dos disparos peligrosos, tres pases de oro y desmarques constantes para crear paredes dentro del área rival definieron el juego del nueve, pero ni él estuvo fino ni nadie le acompañó.

Benzema vive, a los 33, la mejor campaña de su vida y anoche no pudo, como sí ha hecho otras veces, solventar los puntos con un acierto. El problema es que se juntaron el hambre y las ganas de comer, un Betis que también gusta de atacar, y el Real Madrid no dominó con claridad para surtir de balones al francés. Y cuando lo hacía, estaba muy bien vigilado por los defensas verdiblanc­os. El contragolp­e visitante, de miedo, alimentó de dramatismo un encuentro que se convirtió en un combate de ruleta rusa para ver quien mataba a la primera.

Los madridista­s nadaban bajo la lluvia y guardaban la ropa para la Champions y Zizou introdujo a Vinicius, Marcelo y Odriozola con el fin de inyectar velocidad y calidad por los flancos. El cambio de Carvajal, segundo partido tras

Torpeza Los hombres de Zidande no estuvieron finos; Vinicius desperdici­ó la gran ocasión

su reaparició­n, era la demostraci­ón palpable de la primacía de la Copa de Europa en la mente de todos, empezando por el entrenador madridista.

Vinicius, Marcelo y Odriozola inyectaron intención al ataque blanco, pero faltaba el remate certero. Benzema hizo dos, forzado, sin peligro. El francés se lamentó ante la mejor oportunida­d de los locales, creada por Vinicius, quien se escapó en una galopada de cuarenta metros para rematar muy mal mientras el francés esperaba el pase de la muerte que nunca llegó.

La entrada de Hazard, cuarenta días después de su lesión en el psoas, frente al Elche, fue la noticia extraordin­aria de la noche. El belga se colocó en

la izquierda y Vinicius jugó con libertad de movimiento­s.

El Real Madrid encerró al Betis con tantos atacantes en el once. La Liga estaba en juego y medio equipo jugaba en su cabeza la Copa de Europa. El conjunto blanco sumaba cinco victorias consecutiv­as en el estadio Di Stéfano y el empate llegaba en el peor momento. Vinicius se escurrió en una nueva opción de gol, una jugada que Hazard no se atrevió a rematar él mismo desde fuera del área.

El Real Madrid, dicho está, se aleja de la Liga de manera casi definitiva. Solo se empleó al 100% en los últimos veinticinc­o minutos. La Champions que dirige Aleksander Ceferin pesó mucho en sus cerebros. El club se juega los dos títulos en diez días y el desgasta se acusa sobremaner­a en el físico de los profesiona­les de Zidane.

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AFP Benzema dirige el balón ante la nutrida defensa del Betis

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