ABC (1ª Edición)

El Atlético ya no tiene margen

► Agota definitiva­mente en Bilbao una ventaja que parecía casi imposible de perder

- JAVIER ASPRÓN

El Atlético entra en pánico, pues la Liga que tan buena pinta tenía hace apenas dos meses es ahora un jeroglífic­o difícil de descifrar. Perdieron los de Simeone en San Mamés porque el amor propio no les llegó ante un rival que hizo lo justo para llevarse los tres puntos. Ni más, ni menos.

Viajaba el Atlético a Bilbao con varios hombres importante­s recuperado­s para la causa y la única baja, y por sanción, del uruguayo Giménez. Pocas noticias pueden hacer más feliz a Simeone hoy en día que tener sanos a todos sus muchachos. Pocas sensacione­s más placentera­s que la de mirar hacia el banquillo y ver que tiene alternativ­as. Con todo, pese al regreso de los Luis Suárez, Joao Félix y compañía, el técnico argentino no quiso tocar el once que tan bien le ha funcionado en los dos últimos duelos, con Herrera ejerciendo de faro y Correa y Marcos Llorente como hombres más ofensivos.

Al otro lado de la cancha esperaba un Athletic aún dolorido por los dos batacazos coperos, difícil ocultar la depresión, y al que la temporada, francament­e, le empieza a sobrar, pues se encuentra en tierra de nadie y los objetivos que le podían motivar ya son asuntos del pasado. Eso explica que Marcelino, pese a tener bajas de considerac­ión, prescindie­ra de inicio de Williams, Raúl García o De Marcos y mantuviera su confianza en jóvenes como Morcillo, Vencedor y Sancet, con gasolina y ambición de sobra para contrarres­tar el mal momento de los vascos.

Al Atlético, ya se ha dicho, se le ha acabado el tiempo de hacer regalos. Su manifiesta irregulari­dad desde febrero les ha condenado a pelear la Liga hasta el último suspiro con Madrid, Barça y Sevilla. Siente el aliento en el cogote y arranca los partidos con urgencias. En San Mamés pagó caro ese estado de ansiedad recibiendo un gol al poco de comenzar. A Lodi, tan punzante en el ataque como despistado atrás, le ganó la espalda Capa con facilidad. Felipe llegó tarde a la cobertura y la mala fortuna quiso que el centro del lateral le golpeara en la pierna. El balón llegó entonces manso al área y allí lo remató con eficacia Berenguer para colocarlo lejos del alcance de Oblak.

Regreso Luis Suárez, Lemar y Joao Félix volvieron al equipo, aunque no formaron en el once inicial

El tanto tuvo el efecto de convertir el choque en puro entretenim­iento. El Atlético apretó de inmediato y Carrasco estuvo a punto de empatar en la jugada siguiente, también de cabeza, pero Unai Simón se estiró lo suficiente para despejar con la punta de los dedos. El extremo belga, volcado en el costado izquierdo, se convirtió en el ariete por el que pasaban todas las jugadas de ataque de los visitantes. La necesidad acuciaba y los de Simeone insistían sin perder las formas, bien dirigidos por Koke y Herrera. No era tiempo de prisas y sí de jugadas más elaboradas. Correa estuvo a punto de repetir su fenomenal tanto al Huesca, recibiendo de espaldas en el área y orientándo­se con la pelota para fusilar a la portería. Se le escapó por poco en la que fue la mejor ocasión del Atlético en ese primer acto.

Ocurre que lo que antes era considerad­a sin discusión la mejor defensa de Europa padece ahora de tembleques con demasiada frecuencia y el Athletic, consciente de su papel en el choque, intentó aprovechar esa insegurida­d para rematar el partido al contragolp­e. Cualquier robo se convertía en un ejercicio de velocidad impecable en el que Morcillo, Berenguer o Villalibre ponían en aprietos a la zaga madrileña. Pese a ceder el control, los de Marcelino se sostenían en el duelo con firmeza. La primera mitad acabó con la desgraciad­a lesión de Capa, fuera de combate tras caérsele encima su compañero Dani García.

Munición extra

No hubo que esperar mucho al regreso de los vestuarios para ver el primer aviso del Atlético, que llegó con un potente disparo de Llorente desde la frontal del área. Justo antes, se había reclamado penalti por una posible mano de Unai Núñez. También hubo respuesta a la contra de los locales, con un disparo de Sancet mano a mano frente a Oblak. El partido seguía abierto y pa

recía que se iba a decidir con una tirada de dados. Simeone, entonces, agitó su cubilete poniendo de golpe sobre el campo a Suárez, Lemar y Joao Félix. Ahora sí, se intuían las prisas.

El guión se repetía cada minuto. El Atlético era un martillo pilón volcado sobre la portería y el Athletic seguía metiendo miedo a la carrera. Savic enmendó su flojo partido cabeceando a la red con la coronilla un saque de esquina en el que Unai Simón se equivocó en la salida. El tanto fue un alivio momentáneo, porque enseguida llegó el enésimo error defensivo que acabó condenando al Atlético. Íñigo Martínez se elevó por encima de todos para poner la Liga al rojo vivo.

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Berenguer, en un buen remate de cabeza, adelanta al Athletic en el duelo de anoche en San Mamés
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