ABC (1ª Edición)

Rabat rebaja el control de la inmigració­n ilegal en Castillejo­s

Fuentes marroquíes lo atribuyen a la crisis abierta con España por el Frente Polisario

- PABLO MUÑOZ

Más de un centenar de marroquíes, la mayoría jóvenes y entre ellos varios menores, se lanzaron el pasado domingo al agua en Castillejo­s –a pesar del fuerte oleaje para intentar llegar a nado a la cercana playa de Ceuta. Ciento veinte, según la Cruz Roja, lo consiguier­on, pero al menos uno, un hombre vecino del barrio de la Condesa de la ciudad, con una hija, perdió la vida en el intento. La tragedia sería una más de las que se producen en la inmigració­n ilegal si no fuera porque el punto por donde entraron en el mar está habitualme­nte muy vigilado por las Fuerzas de Seguridad marroquíes, y ayer sin embargo no había ni rastro de agentes. Ayer continuaro­n estos episodios.

«Puede ser el primer indicio de que Rabat va a relajar la vigilancia para que aumente la presión migratoria sobre España», explican fuentes marroquíes consultada­s por

ABC, que relacionan el suceso con el enorme enfado del Gobierno de ese país porque España no informara del traslado al Hospital de San Pedro (Logroño) del líder del Frente Polisario, Brahim

Ghali, el pasado día 18. Nuestro país alegó para el traslado razones humanitari­as, ya que este hombre, de 71 años, sufre un cáncer en el aparato digestivo y está contagiado de Covid.

Ningún agente Más de un centenar se lanzaron al mar en una zona muy vigilada, sin oposición alguna

Tragedias

Al menos dos murieron en el mar, y 17 en una patera localizada a 490 kilómetros de El Hierro

Ni rastro

La zona de la costa en la que se lanzaron al mar estas personas –el viernes y el sábado últimos se habían producido ya otras salidas–, es una de las más vigiladas en Castillejo­s por los agentes por ser muy cercana a Ceuta. Por eso es también la preferida por muchos jóvenes para intentar la aventura de llegar a nado a la Ciudad autónoma, como primer paso de su sueño de poner pie en la Península. El pasado domingo, más de 200 personas se concentrar­on allí, muchas simplement­e para ver lo que sucedía y otras muchas para lanzarse al agua, sin que hubiera rastro de las Fuerzas de Seguridad marroquíes.

Las imágenes recogidas por los congregado­s estremecen porque los jóvenes inmigrante­s no dudaron en lanzarse al agua a pesar del fuerte temporal, con olas de varios metros de altura. En esas condicione­s, el peligro de muerte era claro, pero eso no importó a quienes tenían ya decidido intentarlo. Es más; el hombre que murió ahogado, camarero en un restaurant­e de Castillejo­s, no lo tenía claro y se animó a hacerlo al ver cómo los jóvenes que lo rodeaban se echaban al mar y eran capaces de llegar a su destino. Su cadáver fue recuperado en las costas marroquíes.

También un menor

Desde el pasado viernes han llegado a Ceuta a nado más de centenar y medio de inmigrante­s, que no tuvieron dificultad­es en lanzarse al mar. La del camarero no ha sido la única tragediaqu­e se ha producido estos días, ya que el mismo viernes, según las fuentes consultada­s por ABC, se ahogó otro inmigrante irregular, éste vecino de Tánger y menor de edad.

El comunicado del Gobierno marroquí difundido el domingo por el caso de Brahim Ghali, de una dureza con pocos precedente­s, invita a pensar que Rabat no se va a quedar de brazos cruzados por lo que considera una afrenta de España en un tema tan sensible como el del Frente Polisario. Las fuentes marroquíes consultada­s por ABC creen que sus autoridade­s van a relajar su cooperació­n en materia migratoria como forma de presión y que episodios como el de ayer son el primer indicio de ello. «Que nadie se extrañe de que a corto o medio plazo comience una llegada masiva de pateras procedente­s de nuestro territorio, porque para nuestro país es la forma más fácil de poner a las autoridade­s españolas en una situación delicada.

En Marruecos hay una bolsa de miles de subsaharia­nos que quiere llegar a la Península a cualquier precio y que se unen a los magrebíes que también quieren hacerlo. La única posibilida­d de gestionar este asunto con un mínimo de eficacia es tener unas excelentes relaciones con el Gobierno de ese país para que colabore en la lucha contra la inmigració­n ilegal. De hecho, tras la pandemia se había conseguido retomar el ritmo de expulsione­s de inmigrante­s irregulare­s a ese país, que ha sido visitado varias veces por el ministro del Interior, Grande-Marlaska.

«La intensidad de la respuesta de Rabat dependerá de hasta qué punto el Gobierno haya informado de sus planes con Ghali», pronostica­n otras fuentes. Si nos atenemos a la reacción del Ejecutivo de ese país, que entre otras cosas se pregunta por qué España no consideró útil avisarle, no hay muchas razones para el optimismo.

La ministra de Sanidad, Carolina Darias, que ayer tenía en Logroño un acto de recepción de vacunas contra el Covid 19, se limitó a insistir, en relación con la crisis abierta con Marruecos, que la decisión de trasladar a España al líder del Frente Polisario se debió solo a razones humanitari­as.

A media tarde se supo que un helicópter­o del Ejército del Aire había localizado, a 490 kilómetros al sur de la isla de El Hierro, un cayuco a la deriva con 20 personas a bordo, de las que diecisiete habían perdido la vida en la penosa travesía. Los tres supervivie­ntes fueron rescatados, según un portavoz de Salvamento Marítimo.

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