ABC (1ª Edición)

‘LA NUBE’ ES DE HORMIGÓN

Prestar atención a la transforma­ción digital y no a la física es ir al teatro a ver el telón. Los países que han entendido bien el reto están trabajando en la transforma­ción de su mundo físico

- POR ANICETO ES DIRECTOR GENERAL DE OFICEMEN ANICETO ZARAGOZA

DESDE hace ya algún tiempo, en nuestra sociedad y, cómo no, en nuestra arena política, se ha creado una disyuntiva imposible entre el mundo digital y el mundo real. La modernidad y el futuro están asociados a lo virtual, mientras que el pasado y la obsolescen­cia se asocian con el mundo físico. Pocos errores pueden ser más costosos. No vamos al teatro a ver telones, sino a disfrutar de la obra.

Tras el telón, palpita el mundo real. Cuando se encienden las luces de nuestros ordenadore­s, no pensamos que para que funcionen se consume a escala global más energía que en toda Italia. Tampoco somos consciente­s de que nuestras preferenci­as y gustos se almacenan en inmensas construcci­ones propiedad de las grandes plataforma­s de internet, situadas muchas veces en climas o entornos fríos para reducir el enorme consumo eléctrico que requieren. O de que esas pequeñas compras que realizamos ‘online’ se suman a otras muchas, hasta traducirse en un inmenso comercio mundial que exige numerosas instalacio­nes logísticas y un movimiento de vehículos y mercancías extraordin­ario.

El reciente accidente del Ever Given, en el canal de Suez, ha llamado la atención sobre la existencia de esos enormes barcos, que pueden llegar a transporta­r hasta 24.000 contenedor­es. Nuestro mundo digital genera unos tráficos que no dejan de crecer, y a veces no somos consciente­s de lo que esto implica en el mundo real. Sólo en el ámbito naviero, este movimiento de mercancías requiere buques cada vez mayores e infraestru­cturas compatible­s, con puertos, canales y puentes en continua adaptación a los nuevos calados, esloras y mangas.

Pero quizás estas grandes actuacione­s sean menos relevantes que el sistema arterial logístico de aprovision­amiento y distribuci­ón que exige esta economía digital. En nuestro país se han construido en los últimos años superficie­s logísticas que equivalen a 2.700 campos de fútbol y el proceso está aún lejos de finalizar.

Pero no todo es tráfico de mercancías. El fenómeno del teletrabaj­o conlleva una deslocaliz­ación de actividade­s hacia residencia­s ocasionale­s y segundas viviendas, que exigirá la construcci­ón de dotaciones adicionale­s para adaptar los servicios y comunicaci­ones al nuevo flujo de población en crecimient­o.

El mundo virtual necesita además energía, cuya obtención tampoco es virtual. Sólo en nuestro país, tenemos más de 21.000 aerogenera­dores. Estas torres de acero construida­s sobre bases de hormigón se distribuye­n por la geografía nacional a través de una infraestru­ctura de caminos, con una longitud que duplica toda la red de carreteras de la Comunidad de Madrid.

Prestar atención a la transforma­ción digital y no a la física es ir al teatro a ver el telón. Los países que han entendido bien el reto están trabajando intensamen­te en la transforma­ción de su mundo físico, ya que sin esta transforma­ción perderán la carrera de la modernidad. Y esto significa nuevas y mejores infraestru­cturas. Cuando echamos un vistazo a los diez países que lideran los rankings internacio­nales en la transforma­ción de infraestru­cturas y de los procesos de digitaliza­ción –entre los que desgraciad­amente no se encuentra España–, descubrimo­s que siete de ellos coinciden en las dos listas: Estados Unidos, Países Bajos, Alemania, Suecia, Singapur, Reino Unido y Suiza. Ellos saben por qué lo hacen: la nube es real y tangible; es de hormigón.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain