ABC (1ª Edición)

«Hicimos historia en Los Ángeles. Estoy feliz»

El maquillado­r cántabro se alzó con un Oscar por ‘La madre del blues’, caracteriz­ando a Viola Davis

- MARÍA ESTÉVEZ

Los sueños se hacen realidad. El pasado domingo, en Hollywood el cántabro

Sergio López-Rivera cumplió el suyo al ganar un Oscar a mejor maquillado­r. López-Rivera nació y se crió en España, concretame­nte en Cantabria donde cultivó sus raíces por el arte y por la concepción de la imagen. A partir de los siete años, comenzó a mostrar su talento como artista con bocetos tanto a lápiz como a carboncill­o y a los doce años ya estaba pintando sus primeros rostros animado por su abuela. Con una mochila cargada de sueños se marchó a Los Ángeles a los 19 años, donde, como tantos otros artistas, trabajó de lo que pudo para sobrevivir; heladero, tintorero, conductor de Uber, hasta que se graduó con honores de la Escuela de Maquillaje Joe Blasco, y su talento empezó a ser reconocido en trabajos de maquillaje para cine y televisión, así como efectos especiales, impresión y moda.

‘Private Practice’ o ‘The Mind of the Married Man’ fueron algunos de sus trabajos hasta que llegó a su vida Viola Davis con quien rodó la serie ‘How to get away with murder’ y se convirtió en el maquillado­r personal de la actriz. Con ella surgió la posibilida­d de crear el personaje de Ma Rainey en ‘La Madre del Blues’, la cinta de Netflix. Junto a Davis, el español recreó la imagen de una mujer de la que apenas quedan imágenes y para la que se inspiró en las mujeres de la Guerra Civil española. «Ha sido un reto enorme, sabíamos que era una mujer gruesa, con dientes de oro, muy fea, pero poderosa», declaró. López-Rivera explicó que debido a que querían mantenerse alejados de las prótesis fue un desafío realizar un maquillaje con sudor, caracterís­tica de la famosa cantante, pero consiguió que con el sudor se convirtier­a en «un personaje increíble en sí mismo».

Feliz de conseguir el Oscar, el cántabro reconoce que ha tenido suerte. «En esta industria se trata de estar en el lugar adecuado en el momento adecuado. Yo tuve esa suerte y aquí estoy», avisa mientras hace las maletas para su nuevo proyecto, también con Viola Davis, una serie sobre la ex primera dama Michelle Obama. «Ayer hicimos historia en Los Ángeles, y estoy feliz con este premio, pero nunca pensé que pudiera conseguirl­o». Tras el triunfo, 20 años de carrera y un gran esfuerzo porque nadie le ha regalado nada.

López-Rivera compartió el Oscar con la jefa del departamen­to de peluquería Mia Neal y la estilista personal de Viola Davis, Jamika Wilson. Se llevaron a casa la estatuilla al Mejor Maquillaje y Peinado, esta última se convirtió en la primera estilista negra en ganar en la categoría.

Chófer y heladero

López-Rivera demuestra que en la vida hay que seguir marchándos­e a trabajar al día siguiente de lograr un sueño. Natural de Sevilla, creció en Santander y allí surgió su pasión por el mundo del espectácul­o. «Desde que era un niño observaba maquillars­e a mis hermanas, hasta que me dejaron ayudarlas». Sergio es hoy uno de los maquillado­res más respetados de la industria y entre las estrellas de Hollywood que le reclaman para maquillarl­as están Alicia Silverston­e, Keri Russell, Patricia Arquette, Kate Walsh, Christina Ricci, Patrick Dempsey, Tony Shalhoub, Toni Collette y la gran Viola Davis. «Me han escrito mucho estos días y eso me ha hecho pensar en el pasado. Es un poco surrealist­a pensar que estoy en este momento. Es difícil de encajar, pero mi llegada fue la de un chico sin miedo, con unas ganas tremendas de estar aquí. Me busqué la vida como pude, trabajé en una heladería, en una tintorería, he sido chófer... hice de todo», recordó López-Rivera en una entrevista con Efe. Al Oscar se suman las victorias recientes en los Bafta y los premios del sindicato de maquillado­res, que sitúan al español y su equipo como los mejores del año sin ninguna duda y es que los sueños en Hollywood si llegan a cumplirse.

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