Ni a Fernando VII
Cuanto más se encele contra Abascal y siga sin soltar el lastre de proetarras y separatistas, el ‘cordón sanitario’ contra Vox será una soga para el frente de izquierdas
Bien mirado, no debiera ponerle pegas Abascal a que la izquierda le esté haciendo la campaña a Vox. Plantear el famoso ‘cordón sanitario’ es un error de mayor calibre que el torpe embolicamiento de Monasterio con la violencia, las condenas y las balas en los sobres. Y es mayor el error porque el Gobierno se llevó ayer el cordón hasta el mismísimo Consejo de Ministros, lo que no hace otra cosa que reforzar a la formación verde, ya que oficialmente para socialistas y podemitas el esquema del nuevo orden político progresista y fetén es el siguiente: Vox es un peligro para la democracia mientras los proetarras de Bildu (aquellos que aplaudían esas balas en la nuca) y los separatistas (algunos condenados ya por sedición) son nuestros socios. Votos que se escapan a chorros. Por eso, en su entrevista ayer en ABC Abascal dijo preferir que Iglesias le llame fascista a que le aplauda, teniendo en cuenta el elenco de afinidades del palmero del moño. Ayer, sin ir más lejos, volvió a meterse con el Rey. Otro carretón de votos reactivos se marcha de la izquierda. El ‘cordón sanitario’ no hace otra cosa que maniatar a socialistas y populistas, colocarles frente a un desiderátum en el que Abascal es el ogro oficial de este cuento y Otegui, criminal multirreincidente varias veces condenado, es el hombre de paz. A Abascal se las están poniendo mejor que a Fernando VII cuando jugaba al billar.