Potencia bajo control
► El nuevo eléctrico de Audi, con 476 o 598 CV, está disponible desde 104.290 euros
A primera vista, parece difícil de creer que un deportivo capaz de mantener a sus pasajeros pegados al asiento mientras ruedan a pocos milímetros del asfalto pueda ser también una opción para realizar un cómodo viaje. Sin embargo, el e-tron GT, el nuevo eléctrico de Audi, conjuga ambos conceptos, al ofrecer un excelente equilibrio entre prestaciones y confort de marcha. Si se quiere, el e-tron GT, con hasta 487 kilómetros de autonomía, que ya se ha probado, ofrece puro nervio. Las aceleraciones son tan asombrosas que parecen de ciencia ficción, tanto en la variante GT, con 476 CV, como en la más radical RS, con 598 CV. En ambos casos, un modo overboost permite alcanzar cotas superiores, incrementando puntualmente la potencia entregada hasta los 530 y 646 CV, respectivamente.
Tras el volante, es como si hubiera una conexión instantánea entre el cerebro y los motores eléctricos de excitación permanente (PSM). El acompañamiento lo pone el opcional e-tron sport sound, una mezcla entre el bramido de un motor turbo y el sonido que podría hacer una nave espacial, emitido a través de tres altavoces.
En ambas versiones la tracción es total quattro, gracias a la ubicación de una mecánica en cada eje, un reparto que permite una distribución del par en cada rueda totalmente variable, lo que contribuye, junto al reparto de peso 50:50, el bajo centro de gravedad y el opcional (de serie en el RS) diferencial autoblocante trasero a mantener el coche pe
gado al suelo, como sobre raíles. Una particularidad del e-tron GT, que por ahora solo comparte con su ‘primo’ Porsche Taycan, es que cuenta con una transmisión. Con dos velocidades, es una de las claves de su capacidad para combinar altas prestaciones y eficiencia. El coche arranca en segunda velocidad, y pasa a primera cuando se demanda una rápida aceleración.
El papel protagonista en el habitáculo se lo lleva la gran pantalla de instrumentación virtual cockpit plus de 12,3 pulgadas, así como la pantalla central MMI Touch de 10,1 pulgadas. A pesar del desborde tecnológico, resulta agradable que Audi mantenga los mandos físicos para la climatización, en lugar de soluciones táctiles, que obligan a desviar la mirada de la carretera.