La novela que imaginó una dictadura en Estados Unidos
El 9 de noviembre de 2016, Donald Trump ganó las elecciones presidenciales en Estados Unidos. Al día siguiente, durante una entrevista con ABC celebrada en Londres, la escritora Margaret Atwood (Ottawa, Canadá, 1939) respondía así a la pregunta de si el país norteamericano podía llegar a convertirse, o asemejarse al de «El cuento de la criada»: «Es un libro que tiene un enorme significado en Estados Unidos ahora. Pero todavía no estamos en ese país». Sobre si novelas como esa, distópicas, pueden llegar a cambiar el comportamiento de la gente, revertir determinadas conductas, la autora canadiense fue un paso más allá. Atwood leyó «1984», de George Orwell, cuando tenía 13 años y, tras hacerlo, supo que nunca sería estalinista; del mismo modo, leyó «Fahrenheit 451», de Ray Bradbury, siendo adolescente, y supo que siempre sería una gran defensora de las bibliotecas. «Creo que pueden cambiar la forma en que la gente ve las noticias, la forma en que ve lo que podría pasar como consecuencia de lo que pasa ahora. Pero no hay un solo futuro, hay muchos futuros posibles. Si una novela te influye, puede que tomes medidas para cambiar la dirección de las cosas. Comprendemos mejor con historias que con números», dijo durante la charla.
Al poco tiempo de ese encuentro, y de que Trump tomara las riendas de Estados Unidos, se estrenó, con un éxito enorme en todo el mundo, la serie de televisión basada en «El cuento de la criada» –estos días llega a España la cuar
ta temporada–, y aquella novela, escrita por Atwood en 1985, se convirtió en un fenómeno de ventas.
Pero más allá de modas y modos televisivos, «El cuento de la criada» es un libro complejo y extraño que encierra grandes verdades. La trama transcurre en la República de Gilead, un estado teocrático, una dictadura puritana, cuyos responsables, amparándose en la amenaza del terrorismo islamista, suprimen la libertad de prensa y privan a las mujeres de todos sus derechos, obligadas a desempeñar estrictos roles en función de su utilidad, entre ellas la procreación. En palabras de Rodrigo Fresán, escritor y crítico literario de ABC Cultural, que leyó ‘El cuento de la criada’ cuando se publicó por primera vez, mediada la década de los 80, «la novela de Atwood resucitó por todo lo alto, y vivió en las listas de ‘best seller’ del planeta con más fuerza que nunca cortesía de la conjunción astral de una serie de televisión, el ‘affaire’ Harvey Weinstein y el ascenso al poder de Donald Trump».
A principios de febrero del año pasado, durante una nueva entrevista con este periódico, Atwood confesó que, en realidad, escribió la novela, años ha, «para ver qué tipo de dictadura se desharía de la Constitución estadounidense, que es lo que parece que están haciendo ahora», dijo, en alusión a la deriva de la Administración Trump.