La marcha de Iglesias destapa la debilidad de Podemos
Intenta resistir ante el empuje de marcas como Más Madrid, que amenazan su liderazgo en la izquierda radical
El reto más complicado que tiene por delante Podemos es sobrevivir al hiperliderazgo de Pablo Iglesias, el máximo referente de un proyecto que se asienta sobre su figura e iba avanzando solo con aquellos que le eran leales. Será un proceso complicado. Y, al margen de este brete interno, el desafío que tiene la izquierda, más en general, será encontrar un actor que recupere el espacio como alternativa al PSOE si en Podemos no lo remontan.
El ‘adiós’ de Iglesias a la política sitúa al partido en un punto de inflexión. Podemos tendrá que superar una reorganización interna en un momento de debilidad a tres niveles: nacional, autonómico y municipal. Y trabajar para reflotar y evitar que otros puedan absorberlos. Casi ocurre con Más Madrid. Y una de las explicaciones más fáciles es porque Podemos siempre ha tenido problemas para consolidar estructura territorial –es una de las razones por las que la coalición electoral con Izquierda Unida les ayuda–.
Quitando a Iglesias a nivel nacional, sus liderazgos siempre han sido débiles y desconocidos. Luego, los que tenían peso se han desligado: Teresa Rodríguez, líder del sector anticapitalista y exdirigente en Andalucía que abandonó el partido; Íñigo Errejón dio portazo y fundó otro que hoy es rival.
«Creo que tenemos un gran equipo en el Gobierno liderado por Yolanda Díaz, creo que puede ser la próxima presidenta del Gobierno, creo que Isa Serra se ve acompañada por un equipo enormemente potente para hacer oposición (en la Comunidad de Madrid) y para aspirar a construir una alternativa a la ultraderecha en las próximas elecciones autonómicas y municipales», dijo Iglesias en la noche del martes; y añadió: «Van a tener que trabajar en una renovación necesaria».
Podemos y Unidas Podemos (UP) tendrán que esforzarse para no perder el espacio político que ocupan a la izquierda del PSOE. Algo que en Madrid ha ocurrido con Mónica García y Más Madrid. La ministra de Igualdad y número dos de Podemos, Irene Montero, se queda por el momento como máxima dirigente del partido. No es una decisión ni un plan, sino que su puesto en el Consejo Ciudadano, seguido de Iglesias, le hace de facto asumir ese rol orgánico mientras la formación se prepara para un proceso de renovación de la Secretaría General.
Díaz empieza a gestionar
Iglesias ya no será el ‘pepito grillo’ de Díaz desde fuera de La Moncloa. Montero y ella trabajarán mano a mano junto al resto de UP en el Gobierno, el grupo parlamentario y las diferentes formaciones que conforman la marca. Ambas mantienen una buena relación y se coordinarán sin mucha dificultad.
Sin embargo, la salida deja incógnitas sobre cómo gestionará Podemos los equilibrios con el Gobierno y con la vicepresidenta tercera. No está claro que vaya a ser Montero la próxima secretaria general. Por ejemplo, otro rostro del ‘pablismo’, y en quien Díaz y Montero también depositan confian
Pérdida de votos Mantienen una tendencia electoral decreciente en casi todos los territorios y también a nivel nacional
«La feminización» La única certeza que parece existir en torno al relevo es que el nuevo líder de Podemos será una mujer
za, que podría contar con apoyos, es la ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra. Todo está en fase muy primaria y desde el partido no quieren adelantar nada porque aún no ha dado tiempo a planear. Iglesias reunió el martes por la noche a su Ejecutiva de urgencia y anunció su retirada. Lo único que parece evidente es que el nuevo líder no será un hombre. Así que el número tres, Pablo Echenique; el secretario de Organización, Alberto Rodríguez, y el portavoz Rafa Mayoral, figuras con recorrido en el partido y leales, se mantendrán en segunda línea. El ya ex secretario general abandona todos sus
cargos en política tras el fracaso de su candidatura al 4-M, que no sirvió para hacer sumar a la izquierda. Y da este paso a un lado porque no quiere «contribuir a ensombrecer o condicionar lo que esos nuevos liderazgos tienen que hacer con Podemos, que han de cumplir una promesa como espacio político, que es la feminización». Eso no significa que no pueda seguir asesorando al partido o a Díaz, sobre todo en aspectos relacionados con la relación con el PSOE y el presidente del Gobierno. La vicepresidenta tercera empezará a liderar UP, tendrá que gestionar al equipo morado para cumplir el acuerdo de coalición firmado con el PSOE en Moncloa y en el Congreso y se preparará para ser candidata a las elecciones generales. Díaz milita en el PCE y es la dirigente más valorada de UP. Las diferentes militancias imposibilitan que sea líder de Podemos. Podría solucionarse si el pacto electoral termina en fusión orgánica, pero ese escenario no está planteado para el corto-medio plazo.