La dirección federal da un golpe de mano y convoca primarias en Andalucía
► Las elecciones se celebrarán a mediados de junio y votarán 44.000 militantes
La dirección federal del PSOE no va a esperar más. El fracaso en las elecciones madrileñas ha terminado por acelerar un proceso que estaba en marcha. En la reunión que celebrará hoy convocará elecciones primarias para elegir al candidato a la Presidencia de la Junta de Andalucía que se enfrentará a Juanma Moreno en cuanto haya elecciones autonómicas, movimiento que pretende la sustitución de Susana Díaz al frente del PSOE andaluz. Las elecciones se celebrarán, como ya adelantó ABC, a mediados de junio.
El movimiento de la dirección rompe la estrategia de Susana Díaz, que había convocado para la mañana de este jueves a su Ejecutiva. Díaz pretendía mostrar su fortaleza interna rechazando las primarias con el argumento de que no habrá adelanto de elecciones autonómicas en Andalucía según ha confirmado el propio Juanma Moreno.
En público, Díaz sólo había dicho que su objetivo era «escuchar a sus compañeros» y no se sabía si se iba a votar o no el adelanto de las primarias. La dirección federal del PSOE responde con este movimiento a la demanda de los militantes en Andalucía que llevan más de un año aunando voces críticas para reclamar un cambio en la dirección del partido en la región. Las diferentes ejecutivas provinciales ya se habían pronunciado sobre la celebración de estas primarias. Jaén, Granada y Cádiz votaron a favor de adelantarlas, al igual que Huelva donde hay una gestora presidida por una sanchista. Contra estas elecciones estaban Sevilla, Córdoba y Almería, mientras que Málaga no había votado.
El candidato alternativo, Juan Espadas, alcalde de Sevilla que en los próximos días anunciará que se presenta a estas primarias, reiteró ayer que era el momento de elegir al candato socialista a la Junta. Unos 44.000 militantes andaluces, la federación socialista más importante de España, están llamados a las urnas.
Las tensiones en las diferentes federaciones autonómicas han surgido porque la Comunidad de Madrid es una isla con la que pocos en el PSOE quiere tener nada que ver. El mensaje desde Ferraz es que no puede haber efecto dominó. Se levanta un cortafuegos argumental para tratar de convencer de que lo sucedido a los socialistas en Madrid no tiene nada que ver con la realidad de sus territorios.
En buena medida se asume el diagnóstico de la dirección federal de que «esto son unas elecciones en Madrid». Pero en otras federaciones discrepan de este balance que pretende aislar la cuestión a Madrid, y se preparan para mantener posiciones ante el nuevo escenario político: «La culpa no la tiene Gabilondo. Ha habido un voto de rechazo contra el Gobierno de coalición», explican en una federación. Y es que estas han sido las primeras elecciones en una región sin independentismo desde que Pedro Sánchez gobierna con Unidas Podemos y desde que pactó los Presupuestos con ERC y Bildu.
Page: «Traerá consecuencias»
El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, reflexionaba ayer sobre la posibilidad de que las elecciones en Madrid hayan expresado «cambios y movimientos sociológicos» que deberán afrontarse con serenidad. Page considera que «lo que está pasando traerá consecuencias en el análisis político y social» que van a ser «más importantes de lo que pueda parecer». «Me parece muy trascendente en cualquier análisis de futuro de lo que va a moverse en muchos espectros sociológicos», insistía ayer durante una visita a Cuenca.
Desde el PSC, un alto cargo consultado expresa con rotundidad que «es un error grave extrapolar estos resultados fuera de Madrid». Desde otra federación mediterránea advierte de que «la izquierda ha recibido un serio aviso la autocomplacencia». Este dirigente entiende que el resultado «no es extrapolable pero sí es un aviso». Se valora especialmente que «Vox ha tocado techo por primera vez, y que eso permite repensar el medio plazo de otra forma». Ese freno a Vox, en cambio, no tranquiliza a otros. El Gobierno sin ir más lejos interpreta a Díaz Ayuso como un fenómeno de «mimetización con la ultraderecha».
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