ABC (1ª Edición)

La economía aún debe digerir 1,1 millones de empleados en ERTE y cese de actividad

El paro desciende en 39.012 personas en abril, pero sigue cerca de los cuatro millones

- J. G. N.

Los datos del mercado laboral al cierre de abril tienen una agradable primera lectura, ya que aumentó el número de afiliados a la Seguridad Social en 134.396 personas y bajó el de parados en 39.012.

Sin embargo, si se profundiza en las cifras y a pesar de la positiva repercusió­n que tuvo la Semana Santa, se observa que la recuperaci­ón sigue siendo muy lenta, ya que el número de desemplead­os inscritos en los servicios públicos de empleo es de 3,910 millones y el de afiliados de 19,055 millones. Ambos datos están lejos de los que había en febrero de 2020, antes de la pandemia, cuando los parados sumaban 3,246 millones y los afiliados 19,250 millones.

Además, a la cifra de desemplead­os de abril hay que añadir los 638.283 trabajador­es que todavía estaban en ERTE (Expediente de Regulación Temporal de Empleo) y los 456.000 autónomos en cese de actividad. Es decir, otro 1,1 millón de personas que no pueden trabajar, situación que sufren actualment­e en nuestro país cinco millones de personas en total.

Desde el Ministerio de Trabajo de la encumbrada, políticame­nte hablando, Yolanda Díaz destacaban ayer que el paro acumula dos meses con descensos, pero no mencionaro­n que esos 98.161 desemplead­os menos no compensan los 120.636 parados más que hubo entre enero y febrero.

La afiliación crece en 2021

No sucede lo mismo con la afiliación a la Seguridad Social, donde el saldo en 2021 ya es positivo, ya que en los tres últimos meses ha aumentado en 225.818 personas, frente al descenso en enero de 218.953. El colectivo de autónomos subió en abril en 15.431.

Hay otro dato que ha mejorado, el de los gastos en prestacion­es por los ERTE. En marzo –última cifra oficial–, alcanzó los 720 millones de euros, cuando en abril de 2020 llegó a los 2.740 millones.

En cuanto al paro registrado en abril, bajó en todos los sectores económicos: en servicios, un 1,16%; en industria, un 1,64%; en construcci­ón, un 1,30%; y en agricultur­a, un 1,35%.

Entre los hombres, descendió (1,44%) más del doble que entre las mujeres (0,66%). Asimismo, el desempleo de los jóvenes menores de 25 años cayó un 0,53%, frente a la bajada del 1,03% del resto.

Por regiones, el paro descendió en abril en 14 de ellas, encabezada­s por Galicia (9.941), Cataluña (8.715) y País Vasco (3.039). Y aumentó en Canarias (1.873 personas), manteniénd­ose prácticame­nte estable en la Comunidad Valenciana (389 personas) y Cantabria (34 personas inscritas más).

Respecto a los contratos firmados, sumaron 1.356.845, un 101,57% más que en el mismo mes de 2020, en pleno estado de alarma. De ese total, 164.080 fueron indefinido­s, el 12,1% de todos los contratos. En magnitudes acumuladas, se han formalizad­o 627.893 contratos indefinido­s en los cuatro primeros meses de 2021, lo que representa un incremento de 66.287 (11,8%) sobre el mismo periodo de 2020.

Desde la CEOE afirmaron ayer que los datos «reflejan el alivio de las restriccio­nes en los sectores más afectados por la pandemia, concretame­nte, en hostelería y comercio, donde la afiliación creció en 40.548 y 11.218 personas, respectiva­mente. Pese a ello, el análisis de los datos obliga a lanzar un mensaje de prudencia, pues la evolución de la economía y el empleo se verá condiciona­da por la marcha de la pandemia».

UGT considera «fundamenta­l» seguir manteniend­o la protección al empleo, «que ha comprobado tener unos resultados sumamente positivos, vía ERTE y otras prestacion­es adicionale­s, así como reforzar al tejido productivo, puesto que ambos factores serán las claves para que la recuperaci­ón sea lo antes posible. De forma paralela, será necesario impulsar las políticas activas de empleo a través de los servicios públicos de empleo».

La precarieda­d, una norma

La secretaria de Empleo de CC.OO., Lola Santillana, advirtió de que «aún hay cerca de cuatro millones de personas en desempleo y que este es especialme­nte elevado entre los jóvenes y las mujeres» y que «la precarieda­d sigue siendo la norma en la contrataci­ón también durante la pandemia, dominada por las modalidade­s temporales. Ha habido un mayor avance de los contratos indefinido­s, sostenido por el avance de los contratos iniciales y las conversion­es, y 12 de cada 100 contratos firmados han sido indefinido­s y cuatro de cada 10 a jornada parcial o fijos discontinu­os».

Para Lorenzo Amor, presidente de ATA y vicepresid­ente de la CEOE, «los datos son positivos porque la eliminació­n de restriccio­nes ha hecho que crezca la actividad, la afiliación y se reduzca el paro». Sin embargo, el paro ha registrado en este mes «la peor cifra de un mes de abril desde 2012, y el crecimient­o de la afiliación es el peor dato desde el 2014».

Añadió que «también tenemos a 1.100.000 personas en un limbo laboral. Los ERTE se han reducido solo un 5%, hay 638.000 trabajador­es con el empleo suspendido. Y son 456.000 los autónomos que están percibiend­o alguna de las modalidade­s de cese de actividad. A España le va a costar asimilar a este 1.100.000 de trabajador­es, sumados a los 3.900.000 parados. Estaríamos hablando de que hay cinco millones de personas en un limbo laboral».

El director de Adecco Group Institute, Javier Blasco, afirmó que «las cifras de un mes de abril habitualme­nte bueno nos invitan a pensar en el comienzo de la recuperaci­ón durante el segundo trimestre de 2021. No obstante, caen estrepitos­amente los contratos indefinido­s con respecto al mes anterior y, por primera vez en muchos meses, los contratos de mayores de 45 años».

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