Todos contra Madrid
Como dejó ver Pablo Iglesias, lo que viene será un asedio al Gobierno de Madrid en lo político y en lo tributario
Hace ya dos semanas que Pedro Sánchez tachó a Madrid como territorio hostil. Exactamente cuando se restó de la campaña electoral porque descubrió que él tampoco sumaba. Lo que ha ocurrido estos días ha sido esperar la última campanada consolándose con la idea de que a Zapatero ya le sucedió lo mismo. Pero esto se ha visto agravado por los 4.470 votos que Más Madrid (MM) le ha sacado al PSOE y que convierten a Mónica García en la verdadera líder de la oposición. El sorpasso deja a Madrid como el único ámbito donde Sánchez no ha cumplido la misión original que se le encargó cuando le confiaron la secretaría general del PSOE en 2014: evitar la sangría de votos por la izquierda. Esto significa que la estrategia que se adopte va a tener rasgos de una lucha por la supervivencia del PSOE en la capital de España.
¿Tendrá esta situación efectos sobre la política económica española?
Hay una alternativa muy improbable: que el Gobierno interprete de estos resultados que los españoles no quieren subidas de impuestos para despilfarrarlos, que desean servicios públicos eficientes (tanto desde el punto de vista de la prestación como de su coste) y que se deberían compartir activamente con los distintos niveles de la Administración (comunidades y ayuntamientos) la gestión de los fondos europeos.
Pero lo más probable es que se cumpla el pronóstico que hizo Pablo Iglesias al despedirse y que a partir de ahora se produzca una escalada de tensiones territoriales, guiada y orquestada por la campaña de ‘todos contra Madrid’ que se lleva desarrollando desde el Ejecutivo desde hace meses. Sánchez
y sus aliados continuarán arremetiendo contra la competencia fiscal que supone Madrid, más aún cuando Isabel Díaz Ayuso ha anunciado que ahora sí se siente con fuerzas para bajar impuestos, y seguirá penalizando a la región allí donde pueda con el reparto de fondos. A la presidenta madrileña, además, le seduce la idea de probar con nuevos instrumentos que dividen a la izquierda, el cheque escolar, por ejemplo, un viejo sueño del sector más liberal del PP que, como admite Esperanza Aguirre en su último libro (’Sin complejos’, Ed. La Esfera, 2021) no se atrevió a implantarlo por temor a la reacción de la izquierda y de la concertada.
Para el PSOE, ‘todos contra Madrid’ significa renunciar a la idea de mejorar en las elecciones de 2023. Esto, que podía ser una decisión asumible si continuaran liderando la oposición, ahora ya no lo es tanto siendo el tercer partido. Además, la marcha de Iglesias deja desnudo a Sánchez ante Bruselas. Ya no tiene excusas para no hacer reformas que son impostergables. Su problema es cuánto tiempo aguantará Podemos en la coalición sin seguir la vía que ha tomado su fundador y ya exlíder para buscar en las mareas que alumbraron a Mónica García las esencias partidarias. jmuller@abc.es