Un documental hace justicia a la grandeza de la flota de Indias
El director Antonio P. Molero estrena un largometraje en el que analiza la revolución militar, social, económica y política que supuso la Carrera de Indias
Pocas veces un pobre ratero fue tan determinante para el futuro de un imperio. En 1522, la pérdida del tesoro de Moctezuma a manos de un corsario galo soliviantó de tal forma a Carlos I que el monarca aceleró la creación de un mecanismo capaz de asegurar la comunicación entre el Viejo y el Nuevo mundo. El resultado fue el alumbramiento de la flota de Indias, una suerte de sistema de convoyes que, según el tópico, se limitaba a proteger el traslado de las riquezas a través del Atlántico. Sin embargo, para el director Antonio P. Molero fue mucho más. Según narra a ABC, supuso una verdadera revolución política, social y económica. «Fue el cordón umbilical que unió Europa con América y, a partir del cual, se puso en marcha la primera globalización», explica.
Durante dos siglos, este sistema unió dos universos que quedaron ligados para siempre. Una historia que Molero redescubre en su documental ‘La flota de Indias’ (en coproducción con RTVE y con el apoyo del ICEC, la Junta Andalucía, la Generalitat Valenciana y Canal Sur). «Hemos crecido pensando que, a nivel marítimo, no hay nada entre la llegada de Colón a América y el ‘Titanic’, pero no es así», afirma el director a este diario. En sus palabras, el proyecto se limita a intentar divulgar nuestro pasado, pero la realidad es que supone mucho más, pues el trabajo cuenta con recreaciones históricas en 3D de naos y galeones, la pre
sencia de un amplio abanico de expertos y hasta melodías de época interpretadas por un historiador musical.
Aunque si por algo destaca este trabajo, que será emitido próximamente en RTVE, Canal Sur y Telemadrid, es por narrar el devenir de la flota de Indias sin mitos. Para bien, y en ocasiones para mal, el documental se zambulle en la historia y elimina los tópicos que persiguen al Imperio español desde su nacimiento. Algunos, tan instaurados como el que afirma que la mayor parte de las riquezas americanas terminaron en Europa. «La realidad es que, según las investigaciones, hasta un 80% de la plata se quedó al otro lado del Atlántico para sufragar, por ejemplo, la construcción de las nuevas ciudades», explica. Y eso, sin contar con que, por mucho que lo hayan repetido los ingleses, tan solo un 0,8% de las pérdidas de la
Carrera de Indias se debieron al corso. El documental arranca con la pérdida de las caudales hispanos en 1522. Eran tales las riquezas cargadas en las carabelas aquella triste jornada, que fueron apodadas como el tesoro de Moctezuma. Unas 26.000 monedas, plumajes, abanicos, adornos de oro y plata, vajilla de plata, algodón… Según el cronista Francisco López de Gómara, en la Península se esperaba su llegada con verdadero jolgorio. Sin embargo, la pequeña flota fue atacada a la altura de las Azores por el corsario galo Juan Florín. Ese fue el detonante, según el largometraje, que motivó la creación de la flota de Indias, cuyo origen remoto se halla en el año 1492.
ANTONIO MOLERO «La idea de que fuimos presas fáciles para los corsarios es un mito»
Dos siglos de protección
La idea básica de la flota era proteger a los mercantes de corsarios, piratones de medio pelo y posibles eventualidades. Con todo, los marinos que viajaban en el corazón de aquellos gigantes de madera colaboraron también en tareas determinantes para el desarrollo de la ciencia y la economía como cartografiar el planeta, instaurar nuevas rutas comerciales o favorecer el intercambio cultural entre mundos muy diferentes. En la práctica, la Carrera de Indias se dividía en dos armadas. Una, la de Nueva España, viajaba hacia México y las Antillas. Otra, la de Tierra Firme, tenía como objetivo Panamá, Colombia y varias poblaciones menores.
De la mano de expertos como Manuel Lucena, Ana Crespo Solana, Esteban Mira o Jesús G. Calero, el documental demuestra que la flota de Indias permitió al Imperio español mantener líneas de crédito con banqueros europeos y controlar el flujo de navíos hacia las Américas con regularidad. Todo ello, a través del galeón, que Molero define como «la máquina de comercio más importante de historia de la Humanidad». «La capacidad tecnológica y militar de los barcos de las armadas hispanas fue puntera. El corsarismo trataba de recoger las migajas de este comercio, pero no podía. Esa sensación de que fuimos presas fáciles es un mito», añade.
Por descontado, la película se adentra también en la caída en desgracia de la flota tras el ascenso de Felipe V al trono; en la evolución de los galeones como arma multifuncional (tanto para destruir al enemigo como para cargar mercancías) y en la importancia de los asientos de esclavos a nivel global. La investigación llega hasta nuestros días y hasta la destrucción de los pecios de los barcos que participaron en la Carrera de Indias por cazatesoros ávidos de llenarse los bolsillos a costa de destruir la historia. El resultado es un trabajo cuyo rodaje arrancó en junio de 2020 y que, según Molero, ha logrado en tiempo récord desafíos como grabar en las réplicas de buques de época de la Fundación Nao Victoria.