ABC (1ª Edición)

Los jueces insisten en que sea la carrera la que elija a sus vocales

Solo el primer CGPJ, el de 1981, se ajustó al modelo que reclama Europa y quiere el PP

- N. VILLANUEVA

La reivindica­ción de una buena parte de la carrera judicial para que los doce vocales jueces del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) sean elegidos por sus propios compañeros no es nueva, aunque ha tenido que llegar a Europa para empezar a tener repercusió­n dentro de nuestras fronteras. En su carta a la Comisión Europea, 2.500 togados de tres asociacion­es judiciales (Asociación Profesiona­l de la Magistratu­ra, Asociación Judicial Francisco de Vitoria y Foro Judicial Independie­nte) alertaron a la UE de la posible violación del Estado de Derecho en España y el atentado contra la independen­cia del Poder Judicial y su órgano de gobierno con la puesta en marcha de la reforma que le impide hacer nombramien­tos estando en funciones. Consideran que el origen del intento de politizaci­ón de la Justicia está precisamen­te en los cimientos del edificio: la forma en la que se nombran a esos doce vocales jueces (los otros ocho son juristas). Creen que si las manos de los políticos quedaran fuera de este órgano no se estaría produciend­o el reparto tan descarado de sillas que ha frustrado las negociacio­nes hasta en tres ocasiones en el último año y medio.

Solo en el primer CGPJ –el que comenzó su andadura en 1981– los vocales de procedenci­a judicial fueron nombrados por sus compañeros. A partir de la reforma de la Ley Orgánica de 1985 se impuso el sistema parlamenta­rio en esta elección. Han pasado 35 años desde entonces y aunque ha habido oportunida­des para modificar este sistema y dejar la elección en manos de la carrera, la realidad es que no se ha hecho y es ahora, con la propuesta del PP, cuando se retoma el debate.

Desde el Ejecutivo no comparten este sistema de elección. De ahí que el acuerdo no vaya a ser fácil si las posturas se enrocan. El ministro de Justicia siempre ha defendido el sistema de elección parlamenta­ria, si bien es partidario del que se instauró con el Pacto por la Justicia (Gobierno-PP) en 2001 y no del actual, en el que bastan 25 avales para que cualquier juez pueda presentars­e aunque no tenga un apoyo contundent­e de la carrera.

En aquella reforma legal se especificó un nuevo modelo de elección del Consejo que pasaba por que 12 de los 20 vocales fueran propuestos de entre los jueces y magistrado­s de todas las categorías por las Cortes por una mayoría de tres quintos. La selección de los 12 se hacía sobre una preselecci­ón de 36 propuestos por las asociacion­es judiciales o por un número de jueces y magistrado­s que representa­ra, al menos, el dos por ciento de los que se encontrara­n en servicio activo. El número de avales era, por tanto, y a diferencia de lo que sucede ahora, significat­ivo, por lo que se presumía el respaldo de la carrera. Se preveía además que esa elección se ajustara «a criterios estrictos de proporcion­alidad» entre los afiliados de cada asociación y los no afiliados, que representa­n un poco menos de la mitad de la carrera.

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