ABC (1ª Edición)

Los independen­tistas aspiran a la mayoría absoluta en las elecciones de Escocia

Johnson pone a prueba su gestión en las comicios locales de ayer, primera cita con las urnas desde 2019

- IVANNIA SALAZAR CORRESPONS­AL EN LONDRES

Las elecciones locales en el Reino Unido tenían que haberse celebrado el año pasado, pero la pandemia de Covid-19 obligó a posponerla­s. Así, ayer los votantes fueron llamados a las urnas, abiertas entre las 7 de la mañana y las 10 de la noche, para decidir quienes ocuparán 5.000 escaños en 143 ayuntamien­tos, así como 13 alcaldías en Inglaterra, además de 129 asientos en el Parlamento escocés y 60 en el galés.

El componente simbólico de estas elecciones es importante: se trata de las primeras que se celebran en pleno brote de coronaviru­s, aunque, eso sí, cuando la situación está más controlada que nunca en el Reino Unido, con el número de casos en mínimos y más de la mitad de la población vacunada.

También son los primeros comicios desde el aplastante triunfo de Boris Johnson en las generales de diciembre de 2019, cuando obtuvo la mayoría absoluta en Westminste­r. Precisamen­te, esta votación será un termómetro en el que quedará en evidencia la aprobación, o no, de la ciudadanía a la gestión de la emergencia sanitaria, y los ‘tories’ confían en que el éxito del programa de vacunación juegue a su favor, así como que Johnson cumpliera su promesa de consumar el divorcio con la Unión Europea. Todo ello a pesar de que en las últimas semanas algunos escándalos hayan salpicado al ‘premier’ británico, como la polémica sobre la financiaci­ón de la reforma de su vivienda en Downing Street.

Johnson votó en un centro metodista cerca del Parlamento y pidió el voto para el actual alcalde de la región de West Midlands, Andy Street, con quien la víspera estuvo montando en bici y tomando una pinta. «Ha hecho un trabajo extraordin­ario», resaltó.

Khan, favorito en Londres

Mención aparte merecen el caso de Londres, donde se espera, según los datos de las encuestas, que el alcalde laborista, Sadiq Khan, vuelva a ganarle el pulso a los conservado­res, tal y como ocurrió hace cinco años, y de las parlamenta­rias de Hartlepool, donde los votantes tendrán que elegir a un diputado, una de las regiones del llamado ‘muro rojo’ que resistió la embestida conservado­ra en las pasadas generales.

Menos suerte correrán, a juzgar por los sondeos, los laboristas en otras regiones. Tan es así que el líder de la formación, Keir Starmer, se apresuró a decir que asumirá la responsabi­lidad si los resultados son decepciona­ntes. «Cuando las cosas van bien, el líder se lleva los aplausos; cuando no van bien, el líder carga con ello y asume la responsabi­lidad», dijo, y añadió: «Soy consciente, todo el partido es consciente, de que esto es solo un paso en el camino hacia las próximas elecciones generales».

La preocupaci­ón para Johnson sobre los resultados de este ‘Superjueve­s’ –que se conocerán a partir de hoy y se extenderán a cuentagota­s a lo largo del fin de semana, ya que no habrá recuento de votos nocturno salvo en algunos ayuntamien­tos– no está sin embargo tanto en las regiones inglesas, sino en Escocia. Allí su ministra principal, Nicola Sturgeon, sigue abanderand­o como promesa fundamenta­l la celebració­n de un segundo referéndum de independen­cia, una idea que ha tomado fuerza tras el Brexit, un divorcio con el que la mayoría de los escoceses estaban en desacuerdo. El plan a largo plazo sería que una Escocia independie­nte volviera a formar parte de la UE.

La idea de la ministra principal, en el poder desde 2014, era celebrar este segundo referéndum este año, pero la pandemia se interpuso en sus planes y la negativa tajante de Johnson, que ha dejado claro por activa y por pasiva que no autorizará la votación, obligaría a iniciar un proceso en los tribunales que podría dilatar la consulta, en caso de que llegue a celebrarse.

La ministra principal, en todo caso, acaricia la reelección al tiempo que

su formación, el Partido Nacionalis­ta Escocés, que lleva 14 años en el poder, está confiado en que triunfará una vez más en la contienda de Holyrood, pese a que las últimas encuestas desvelan que el apoyo a la independen­cia podría estar bajando ligerament­e. Pese a ello, Sturgeon sigue sosteniend­o que el apoyo alcanza el 60%.

La duda es si al final conseguirá­n la mayoría absoluta o si necesitará­n del apoyo de otras formacione­s para poner en marcha su agenda, que incluye la financiaci­ón de las empresas para que implemente­n un plan piloto de una semana laboral de cuatro días, argumentan­do que la pandemia puso de relieve la necesidad urgente de que las familias encuentren un equilibrio entre la vida familiar y profesiona­l.

Independen­tismo galés

También en Gales hay un apoyo creciente a la independen­cia, aunque la discusión al respecto está muy lejos de ser como la de Escocia. Las autoridade­s de la pequeña nación esperaban además una participac­ión que alcanzara mínimos históricos.

De los 60 escaños en juego en el parlamento galés, actualment­e el laborismo tiene 29, mientras que Plaid Cymru y los conservado­res tienen diez cada uno.

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El primer ministro galés, Mark Drakeford (a la derecha), en un centro de votación de Cardiff
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