ABC (1ª Edición)

El fútbol con tractor y basket

Carlos Timoteo Griguol (1934-2021) Técnico magistral, revolucion­ó el fútbol. Aplicó técnicas del baloncesto y cortaba el césped

- TOMÁS GONZÁLEZ-MARTÍN

Fue un adelantado a su tiempo, un revolucion­ario en un mundo, el negocio del fútbol, que admite mal los cambios drásticos de ideas. Argentina llora la muerte de una institució­n nacional que trasciende al propio orbe del balón. Su gorra, como un ganadero de toros español, será echada de menos para siempre.

Maestro, profesor, docente, genio, decían los jugadores de él. Los calificati­vos bombardean a Carlos Timoteo Griguol. Nacido en Las Palmas, localidad de la provincia de la Córdoba argentina, Timo se ganó el respeto del universo del balompié albicelest­e después de ser criticado por romper los viejos moldes. Ganó títulos al mando de Rosario Central y de Ferrocarri­l Oeste. Quedó subcampeón al frente de Gimnasia y Esgrima. Antes fue un buen futbolista, principalm­ente en el Atlanta y en Rosario, donde colgó las botas en 1969. Ganó la Copa América 1959 con Argentina. Pero será recordado sobre todo por modernizar tácticamen­te el fútbol nacional como técnico, labor que comenzó nada más retirarse como jugador. Impuso sistemas de fútbol total que muchos tildaron de defensivo.

Emblema nacional, El Viejo vio de niño cómo su padre fundaba el club Córdoba y cómo se trabajaba en el campo. Ese conocimien­to campestre hizo que el cuidado del césped de cada estadio donde fue entrenador se convirtier­a en una obsesión, en tal medida que tuvo serios problemas de celos con el responsabl­e del campo en Ferrocarri­l Oeste, José Fantuzzi. Pero es que El Maestro, en su locura genial, se compró un tractor, no sabemos si amarillo, y lo llevaba al campo para cortar él mismo el césped conduciend­o la máquina.

En Ferrocarri­l Oeste se reencontró con su amigo Najnudel, un entrenador majestuoso del baloncesto argentino, con quien intercambi­ó ideas para aplicarlas al fútbol. Famosas son las jugadas que sus futbolista­s de ‘Ferro’ anunciaban con dedos y manos levantadas, hechos adquiridos de la canasta. En el equipo femenino de baloncesto jugaba Betty, la que ha sido su esposa. Tuvieron cuatro hijas.

En Rosario mantiene dos plusmarcas como técnico: diez victorias consecutiv­as y 26 partidos invicto como local. Tras dos etapas en este equipo, en 1979 fichó como entrenador de Ferrocarri­l, donde fue el jefe de ocho años gloriosos, en un triunvirat­o magnífico que formó con los dirigentes Santiago Leyden y Ricardo Etcheverry. El ideario era jugar con hombres de la cantera. Subcampeón en dos ocasiones, frente al Boca de Maradona y el River de Kempes, a la tercera fue la vencida y se proclamó campeón en 1982 y 1984. A Márcico, su figura, la moldeó Griguol desde los 19 años.

Revolucion­ó también el fútbol al anular las concentrac­iones. Vigilaba a los futbolista­s con espías. Hoy, ‘Ferro’, Rosario y Gimnasia se atribuyen sus méritos. En 2016 se inauguró un monumento en su honor en la sede de Ferrocarri­l Oeste.

 ?? AFP ??
AFP

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain