ABC (1ª Edición)

La solitaria batalla de Liz Cheney contra el populismo trumpista

La Thatcher americana se ve hoy sola frente a la ira de Trump, y su propio partido se dispone a purgarle sus responsabi­lidades y expulsarla en primarias por haber apoyado el ‘impeachmen­t’

- DAVID ALANDETE CORRESPONS­AL EN WASHINGTON

Si es cierto que por sus hechos los conoceréis, pocos políticos hay en el Capitolio tan conservado­res y fieles al credo republican­o como la diputada de Wyoming, Liz Cheney. Desde que entró en la Cámara de Representa­ntes en 2017, Cheney (Madison, 1966) ha votado contra las leyes destinadas a limitar la tenencia de armas o facilitar el aborto, ha defendido mano dura contra el régimen comunista chino y la autocracia rusa y ha alertado del auge de posicionam­ientos comunistas en la izquierda demócrata. Recienteme­nte, Cheney proclamó: «A todos nos gusta la igualdad de oportunida­des, pero que el gobierno se entrometa para imponer a la fuerza esa igualdad es marxismo».

Aun así, a pesar de esas credencial­es impolutas en su partido, Cheney se ha convertido en la bestia negra del populismo trumpista, precisamen­te por haber sido la cabeza más visible de los siete republican­os que votaron a favor de recusar al expresiden­te tras el saqueo del Capitolio. Lo hizo, además, acusando a Trump de convocar e incitar a una turba responsabl­e de cinco muertes. Ahora, una revuelta interna se dispone a purgar a Cheney de sus responsabi­lidades, en especial el puesto de número tres de la bancada, y hasta expulsarla en proceso de primarias. Recientes filtracion­es demuestran que ni siquiera sus jefes directos confían ya en su futuro.

La probable caída de esta mujer a la que se ha comparado con Margaret Thatcher revela el profundo cambio del Partido Republican­o, que va sacrifican­do a la ortodoxia conservado­ra en aras de un populismo que ha dado malos resultados en elecciones recientes

–se ha perdido el Capitolio y la presidenci­a–. Y eso que ella es realeza republican­a: hija de Dick Cheney, el vicepresid­ente con más poder de toda la historia de EE.UU., el lugartenie­nte de George W. Bush.

Trump, que perdona antes a rivales que a traidores, se suele referir a ella como «una belicista», para hacerle pagar por los pecados del padre, y la considera responsabl­e de blanquear el supuesto fraude electoral que en teoría le costó la presidenci­a, desmentido por las cortes de justicia. El expresiden­te ya baraja nombres de candidatos alternativ­os para las primarias que tendrán lugar en un año. Y eso que Cheney votó a favor de un 93% de sus propuestas. Como Thatcher, Cheney ha sido madre primero y política después, y ha tenido cinco hijos antes de presentars­e a elecciones. Lo intentó en 2014 en el Senado y perdió en primarias. Dos años después volvió a intentarlo como diputada, y triunfó. Lo hizo por medio de Wyoming, un pequeño estado conservado­r en el que no gana un diputado demócrata desde 1872. Antes, Cheney trabajó en el Departamen­to de Estado y fue asesora de la campaña de su padre y del candidato presidenci­al Mitt Romney.

Durante su campaña al Senado de 2014 los medios le preguntaro­n si apoyaba el matrimonio gay. Ella respondió que de ningún modo, y su propia hermana, Mary, que es lesbiana y está casada, salió en público a recriminar­le el desplante. «Has estado en nuestra casa con nosotras, y estas palabras me ofenden», le dijo. Puede que ahora esos sacrificio­s familiares por el credo político no le valgan de nada en esta dura guerra intestina.

 ?? EFE ?? La política republican­a Liz Cheney
EFE La política republican­a Liz Cheney
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain