Las empresas familiares en pérdidas se triplicaron en 2020
«Tenemos empresas más pequeñas y más economía sumergida respecto a Europa. Subir los impuestos no va a favorecer la recuperación. Queremos un marco tributario competente con nuestros vecinos». Esta es una de las conclusiones que el presidente del Instituto de la Empresa Familiar (IEF), Marc Puig, reiteró ayer ante la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Economía, Nadia Calviño, durante la presentación del Observatorio de la Empresa Familiar elaborado por el IEF y Deloitte.
Un documento que muestra la factura que la pandemia ha dejado en estas empresas, que independientemente del tamaño, representan cerca de un 90% del total de compañías en España. En datos, el número de empresas familiares que registraron pérdidas en 2020 se multiplicó por tres respecto a 2019, pasando del 4% del total al 12%; más de la mitad vio su facturación reducida durante 2020; una de cada cinco registró una caída de la facturación mayor al 20%, mientras que el número de empresas sin beneficios se triplicó durante el último año.
Con los malos datos sobre la mesa y con motivo de acelerar la recuperación del tejido familiar, el presidente del IEF pidió «estabilidad» y disponer de un marco tributario que no penalice competitivamente a las firmas familiares. «Un marco que no ponga en riesgo nuestra continuidad como empresas. Ningún otro país de nuestro entorno mantiene algunos de los tipos impositivos que más afectan a la empresa familiar», aseveró Puig.
En esta línea el IEF pidió al Gobierno
por el contrario, si estuvieran radicadas en según qué comunidades o cualquier otro país vecino, eso se hubiera podido evitar»
Por su parte, Nadia Calviño aseguró durante su comparecencia que «aprovecharán el crecimiento económico que todos esperamos este año y los siguientes» para reducir ya desde 2021 el déficit público y la deuda pública. «Es la senda de estabilidad fiscal que hemos enviado a las instituciones europeas hace más de una semana, pero todos entendemos que esta tendrá que ser una de nuestras prioridades a medio plazo cuando se recupere el crecimiento económico» abundó.
Además, la ministra aseguró que la prioridad absoluta para el Gobierno con vistas a la reforma laboral debe ser el empleo de calidad, además de acabar con los «contratos precarios que no permiten a un joven emanciparse o tener un proyecto vital positivo».
Aumento de plantilla
Aunque no todo fueron malas noticias para las firmas familiares. Porque a pesar del daño que produjo el Covid19 a su tejido, también destacaron dos aspectos positivos. El 62% de las empresas familiares consiguieron mantener o incrementar su plantilla. Un hecho para el que continuó siendo importante el aumento de las exportaciones de las firmas españolas. En este sentido, el 64% de las empresas familiares exportaron al extranjero durante el pasado año (dos de cada tres lo hicieron en Europa), y para más de un tercio, el porcentaje medio de su facturación proviene ya de sus ventas en el exterior.
A destacar también el número de asientos que ocupan las mujeres en los consejos de administración de estas empresas, respecto a aquellas que no son familiares. Concretamente, el estudio desvela que tienen mayor porcentaje con una media de 28,3% de mujeres consejeras, superior al 27,5%, señalado en el informe de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) de julio de 2020. En el mismo sentido, el informe detalla que en nueve de cada diez entidades familiares hay un miembro femenino en su órgano mayor, en un entorno donde en el 59% de los casos, la familia es mayoría en el consejo de administración
De las 442 empresas participantes en el estudio, aproximadamente la mitad tienen más de 50 años de antigüedad, cuentan con 175 empleados de media y cerca de un tercio procede del sector industrial.
Caída de ingresos Cerca de seis de cada diez firmas sufrieron caídas de facturación por la crisis del coronavirus