Los obispos catalanes avalan el perdón con el silencio de la Conferencia Episcopal
► Omella y el resto de prelados defienden el «diálogo y las medidas de gracia»
La Conferencia Episcopal Tarraconense (CET), el órgano que agrupa las diócesis catalanas, dio ayer un espaldarazo al Gobierno de Pedro Sánchez al avalar públicamente los indultos anunciados por el Ejecutivo para los presos del ‘procés’. En un comunicado, los prelados de las diez diócesis catalanas –entre los que se encuentra el cardenal arzobispo de Barcelona y presidente de la Conferencia Episcopal Española, Juan José Omella– se mostraron «convencidos de la fuerza que tienen el diálogo y las medidas de gracia en todas las situaciones de conflicto». En su escrito, los obispos resaltaron, además, que «el logro de un recto orden social que permita el desarrollo armónico de toda la sociedad necesita algo más que la aplicación de la ley».
No es la primera vez que los prelados de Barcelona, Tarragona, Solsona, Urgell, Sant Feliu de Llobregat, Vic, Tortosa, Tarrasa, Lérida y Gerona se pronuncian conjuntamente sobre medidas en favor de los responsables del 1-O. En 2019 pidieron «magnanimidad» ante el juicio a los líderes independentistas y un año antes cuestionaron la prisión preventiva defendida por el Tribunal Supremo para los responsables de la consulta, a los que varios obispos visitan en las cárceles. El propio cardenal Omella ha hablado con el líder de ERC, Oriol Junqueras, en prisión e incluso días después del 1-O llegó a hacer de puente entre el presidente Mariano Rajoy y el Govern.
Fuentes de la CET, que se reúne unas cuatro veces al año para marcar las líneas de actuación de la Iglesia en Cataluña, explicaron ayer a ABC que la nota, en la que también cargaron contra la nueva Ley de Eutanasia, contó con el aval de todos los prelados. Eso es desde Omella, de perfil moderado y pactista, hasta de los obispos más favorables al ‘procés’, como Xavier Novell (Solsona) o Francesc Pardo (Gerona). Estas mismas fuentes apuntaron que, como es habitual, el comunicado fue difundido sin ser pactado ni aprobado antes por la Conferencia Episcopal Española ni la Santa Sede. La reunión se convocó en abril, antes de que se intensificara el debate sobre los indultos.
Pese a no estar al corriente, la nota no sorprendió ayer a la Conferencia Episcopal, que lleva tiempo manteniendo un perfil bajo con respecto al desafío soberanista. «El silencio es muy sufrido, pero es lo más eficaz», es la consigna que defienden ante ABC algunos eclesiásticos, ya que cualquier posicionamiento a favor de la unidad de España o sobre el proceso «llevaría a los prelados contra el paredón de fusilamiento», explican las mismas fuentes.
Tibios y neutrales
Este pacto de silencio en los organismos de la Conferencia Episcopal solo se ha roto en contadas ocasiones en los últimos años con pronunciamientos tibios y neutrales, que han levantado ampollas entre los católicos españolistas. Tres días antes del referéndum ilegal, los prelados de la Comisión Permanente apelaron en un escueto comunicado, al diálogo, la sensatez y la Constitución para «evitar actuaciones irreversibles».
La declaración rebajaba claramente el tono de la instrucción pastoral de 2006 (‘Orientaciones morales ante la situación actual de España’) en el que se defendía que la unidad, la convivencia y la historia de España es «un bien» que hay que tratar con «responsabilidad moral». En los últimos años, solo dos obispos –de los 77 en activo– han levantado la voz de forma pública contra el proceso independentista: el cardenal Antonio Cañizares y el obispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes.
«El logro de un recto orden social necesita algo más que la aplicación de la ley», dice la nota de los obispos catalanes