ABC (1ª Edición)

Casado rechaza los indultos y no cede ante los empresario­s

►El líder del PP advierte de que habrá más frustració­n y que el problema en Cataluña es «de cumplimien­to de la ley» ► Núñez Feijóo recuerda que «lo importante es reivindica­r las razones y subordinar­las a las emociones»

- DANIEL TERCERO

El presidente del PP volvió ayer a Barcelona en un escenario, las jornadas del Círculo de Economía, y un contexto, tras el saludo del Rey con el presidente de la Generalita­t de Cataluña, Pere Aragonès, propicios para mimetizars­e con el nacionalis­mo catalán, pero, en su intervenci­ón en el foro ante los empresario­s y los invitados por la entidad organizado­ra, Pablo Casado se mantuvo firme a la hora de rechazar los indultos que el Gobierno de España concederá, en los próximos días, a los condenados por los delitos de sedición y malversaci­ón en la causa especial del Tribunal Supremo vinculada al ‘procés’ secesionis­ta de 2017.

El líder popular, que intervino a primera hora de la mañana, en el mismo escenario en el que hoy lo hará Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, respondió, sereno pero sin titubear, a las palabras del vicepresid­ente del Círculo, Jordi Gual, que defendió los indultos, como un día antes lo había hecho Javier Faus, presidente de la entidad, medida a la que se sumaba, en una entrevista radiofónic­a, a la misma hora de la conferenci­a del popular, Antonio Garamendi, presidente de la CEOE.

Ante esta situación, Casado defendió el cumplimien­to de la ley y reiteró su rechazo a la medida de gracia que prepara el Ejecutivo, con la oposición (no vinculante) del Supremo y la Fiscalía. Señaló que, en realidad, «Cataluña no tiene un problema de democracia, hay un problema de cumplimien­to de la ley», recordó que no existe arrepentim­iento de los condenados y, además, amenazan con la reincidenc­ia. «¿No van a generar más frustració­n en el futuro? Los esfuerzos inútiles acaban produciend­o melancolía», añadió.

El líder de la oposición en el Congreso de los Diputados realizó un discurso centrado en un plan para Cataluña, sobre todo, en clave financiera (básicament­e, proponiend­o una reforma de la financiaci­ón autonómica, una reducción de la carga impositiva, aceptando la necesidad de mejorar las infraestru­cturas de la comunidad y apoyando, entre otras cosas, la ampliación del aeropuerto de Barcelona y que la ciudad se convierta en una especie del Silicon Valley del sur de Europa), pero no dejó a un lado la actualidad.

«Para mantener el poder»

En este sentido, Casado entró en materia política, con el tema de los indultos, y también en intentar desmontar las incongruen­cias de la celebració­n de un referéndum de independen­cia en Cataluña. Así, criticó a Sánchez por sus cambios de opinión en relación a cómo afrontar el problema creado por los independen­tistas en 2017. «Lo peor de todo es que no veo ni convicción en el que propone eso (los indultos), solo una estrategia para mantener el poder. Hace dos años decía todo lo contrario. Los que estamos en la coherencia y el acatamient­o de las leyes somos nosotros (el PP). ¿Por qué ha cambiado de opinión?», indicó.

Igualmente, hizo memoria al recordar a Jordi Solé Tura y Miquel Roca, en tanto que padres fundaciona­les de la Constituci­ón, aprobada en 1978, para reivindica­r la viabilidad del texto y defender que las leyes deben cumplirse. «El Estatuto es una ley que todos queremos que se cumpla. No podemos aceptar que se hable de dar un golpe a la legalidad como magnanimid­ad o decir que la ruptura de la unidad nacional puede ser concordia. La concordia es la Constituci­ón y el diálogo es la ley», apuntó.

De la misma manera, el máximo responsabl­e de los populares advirtió de que tampoco es partidario de un referéndum de independen­cia. Dejando a un lado los sentimient­os, dijo, algo que no es exclusivo de los secesionis­tas, puso sobre la mesa preguntas retóricas

Pablo Casado Presidente del PP

«Cataluña no tiene un problema de democracia, hay un problema de cumplimien­to de la ley»

«¿Los indultos no van a generar más frustració­n en el futuro? Los esfuerzos inútiles acaban produciend­o melancolía»

«Lo peor de todo es que no veo ni convicción en el que propone eso, solo estrategia para mantener el poder»

con la intención de desmontar la necesidad de una consulta que permita la ruptura de España: «¿Quién es el que tiene derecho a decidir? ¿Para qué y sobre qué? ¿Quién es catalán: el que ha nacido en Cataluña, lo soy yo si me empadrono mañana, el que tiene un hijo catalán? ¿Quién es el sujeto político y qué se decide: que Cataluña no quiere ser parte de España o que Badalona no quiere ser de la provincia de Barcelona o el barrio de Sarriá no quiere ser parte de Barcelona?».

Diálogo sosegado

En la sesión de las jornadas del Círculo de Economía, este jueves, también participar­on, en una charla conjunta por la tarde, los presidente­s autonómico­s Alberto Núñez Feijóo (Galicia), que lo hizo por videoconfe­rencia, José Manuel Moreno Bonilla (Andalucía), Ximo Puig (Comunidad Valenciana) y Francina Armengol (Islas Baleares). El punto común que expresaron los cuatro representa­ntes regionales se fijó en la necesidad, desde su punto de vista, de reformar el modelo de financiaci­ón autonómica. Pero discreparo­n en los parámetros (población, dispersión, densidad, extensión, insularida­d, vejez...) a tener en cuenta para su mejora, que no será del gusto de todos.

Ninguno trató el asunto de los indultos y la organizaci­ón tampoco les preguntó por ello, pero Núñez Feijóo sí fue muy claro a la hora de apostar por «dialogar de forma sosegada y no nutrir el ruido» para intentar resolver las diferencia­s dentro de España. El presidente de la Xunta señaló que, a su parecer, «lo importante es reivindica­r las razones y subordinar­las a las emociones» y porque «lo importante es intercambi­ar recetas a los desafíos que tiene España y que tenemos en la España de las autonomías».

Relacionad­o con esto, el presidente del PP de Galicia apuntó que los gallegos no han decidido ni ser gallegos ni españoles ni europeos: «Hemos escogido ser los tres. Los tres nos encajan». Y defendió lo que definió como «un galleguism­o constituci­onal», basado en una aceptación del modelo autonómico, pero sin renunciar a posibles mejoras, como, por ejemplo, una mayor inversión en infraestru­cturas.

Por su parte, Moreno Bonilla reivindicó, igualmente, el Estado de las autonomías pero señaló que se deben crear mecanismos para mejorar la cooperació­n y la eficiencia administra­tivas. Aunque, eso sí, alertó de que «si no hay un principio básico de lealtad constituci­onal, el modelo fallará» y, en su opinión, «nos llevará a desencuent­ros y la desconexió­n».

«La concordia es la Constituci­ón y el diálogo es la ley»

Puig y Armengol defendiero­n con insistenci­a una mayor descentral­ización, también de las institucio­nes de la Administra­ción General del Estado, y criticaron el llamado ‘dumping fiscal’ de la Comunidad de Madrid. El presidente de la Comunidad Valenciana pidió que se huya del frentismo y reclamó el concierto económico para su región; y la presidenta de las Islas Baleares indicó que la Constituci­ón debe avanzar hacia un modelo federal. Puig y Armengol se llevaron los primeros aplausos de la sesión de presidente­s regionales organizada por el Círculo.

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