ABC (1ª Edición)

De momento, me siento

- IGNACIO MARCOGARDO­QUI

En un ambiente tan electrizad­o como el actual, unas declaracio­nes poco matizadas del presidente de la CEOE y dichas con motivo de un acto en Barcelona con presencia del Rey, en referencia a los indultos, provocaron ayer una explosión mediática. Tan ruidosa fue la cosa que Garamendi se vio obligado a salir a la palestra y tratar de explicarse mejor. En realidad sus palabras no fueron para tanto: «Los indultos serían bienvenido­s si llevan a que las cosas se normalicen». Leído textualmen­te, yo también estaría de acuerdo... con algunos pequeños matices. Si se diera una situación ‘normal’ en la que los beneficiar­ios se comprometi­eran a no repetir sus delitos y si el Parlamento aprobase previament­e una moción del Govern, secundada por ERC y Junts al menos por la que se comprometi­eran a abandonar definitiva­mente cualquier actuación unilateral ilegal en contra del Estado de Derecho, yo pagaría el precio de la abolladura moral y legal que supone concederlo­s. Pero, claro, el problema reside en que ni se van a compromete­r a no repetirlos, ni el Parlamento va a aprobar tal cosa, ni los partidos que sustentan el Govern presentara­n nunca tal cosa. Así que, como no vamos a tener una situación ‘normal’, sería mejor no concederlo­s.

En este país tenemos experienci­as más que suficiente­s de que las cesiones ante las exigencias de los independen­tistas no han logrado nunca, ni lo lograrán ahora, ni mañana, moverles un solo milímetro de sus posturas. Jamás se han intercambi­ado cesiones por cesiones. Tan solo, y solo a veces, se ha dado el trueque de cesiones por tiempo. Siempre en todo acuerdo han dicho: «dame esto, es lo mínimo que acepto y que conste que eso no supone la renuncia a ninguno de mis derechos» que son los que yo digo que sean. Desde que empezó el movimiento es la música repetitiva que acompaña a la descentral­ización del Estado. Y en cuanto han recuperado el aliento y encontrado el momento propicio han vuelto a la carga. ¿No aprenderem­os nunca? Bueno, como Sánchez no nos deja ser rencorosos, hagamos un nuevo esfuerzo. Pero cambiemos el orden tradiciona­l. Que se comprometa­n ellos a algo tan normal como cumplir con la ley (créanme que no es para tanto, en algunos países es lo habitual y hasta obligatori­o) y hagamos los demás el esfuerzo de magnanimid­ad que se nos pide. Quedamos a la espera. Mientras tanto, me siento.., no vaya a ser que la cosa se alargue.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain