Mercedes Vitoria paraliza la producción del 21 al 25 de junio
La saturación de la campa y la falta de chips obliga a dejar de hacer 4.500 vehículos
La falta de chips semiconductores continúa haciendo estragos en las factorías españolas. Ayer fue la dirección de Mercedes Vitoria la que comunicó a los sindicatos la necesidad de detener las líneas de montaje del 21 al 25 de junio, durante toda la semana que viene. Además, también avanzaron que la paralización podría extenderse también durante la siguiente semana.
La dirección justifica la decisión por la ausencia de suministros y la saturación de las campas, repletas de vehículos a los que les faltan ciertos componentes para poder ser distribuidos a su destino final. La suspensión de jornadas se hará con cargo a la bolsa de horas, que aún tendría de margen ocho jornadas a tres turnos para llegar al límite de la flexibilidad, lo que implicaría, en caso de seguir necesitándose recortar la producción, aprobar un hipotético ERTE.
Dicha solución ya se ha tenido que activar en otras factorías, como las de Stellantis en Vigo y Zaragoza y la de Ford en Almusafes (Valencia). Seat en cambio acaba de poner fin a su ERTE en Martorell, aunque recientemente ha vuelto a desconvocar turnos por la carestía de componentes.
Los sindicatos de Mercedes estiman que la suspensión de la producción durante cinco días de los tres turnos actuales supondrá dejar de fabricar alrededor de 900 vehículos diarios, a razón de 300 por turno. Por lo tanto, los cálculos sindicales estiman que durante estos cinco días sin actividad se dejarán de fabricar en torno a 4.500 vehículos, según detallaron a Ep. La producción perdida se recuperaría total o parcialmente más adelante si se normalizaran los suministros.
Hasta «bien entrado» 2022
Si bien inicialmente se esperaba que la crisis de semiconductores estuviera resuelta para el verano, en el sector automovilístico empieza a cundir la sensación de que su afectación se prolongará al menos hasta final de año o incluso más. Renault acordó ayer con los sindicatos extender el ERTE actual en su planta de cajas de cambio de Sevilla hasta el 31 de marzo de 2023 ante la incertidumbre reinante. Por su parte, la asociación europea de fabricantes de componentes, Clepa, advirtió ayer de que la carestía podría continuar «hasta bien entrado 2022».
En un comunicado, los proveedores cifran en 500.000 los vehículos que se han dejado de producir en toda Europa por la carestía de semiconductores y, aunque creen que «ya hemos visto lo peor» de la crisis, «no se puede excluir que sus efectos continúen dejándose notar». Según la patronal española Sernauto, entre enero y mayo se han dejado de fabricar 231.679 unidades solo en España.