ABC (1ª Edición)

Los primeros astronauta­s acceden a la estación espacial china en construcci­ón

Tras cinco años sin misiones tripuladas, el gigante asiático busca un nuevo hito espacial

- JAIME SANTIRSO

Tiangong –Palacio Celestial–, la estación espacial china en construcci­ón, ya tiene sus primeros inquilinos. Se trata de los tres astronauta­s que a primera hora de ayer abandonaro­n la Tierra como la primera misión tripulada del gigante asiático en cinco años, un nuevo hito para su ambicioso programa de exploració­n galáctica.

El cohete Larga Marcha-2F, que transporta­ba la nave Shenzhou-12 –Vasija Celestial– despegó del centro de lanzamient­o de Jiuquan, en pleno desierto del Gobi, unos pocos minutos después de las nueve de la mañana hora local.

En su interior contenía la tripulació­n, liderada por Nie Haisheng, veterano astronauta de 56 años que ya había abandonado la atmósfera en dos ocasiones anteriores. Le acompañan Liu Boming, de 54 años, y Tang Hongbo, de 45.

Entre los méritos de Nie se cuentan, además, ser un miembro fiel del Partido Comunista desde hace más de tres décadas. «El desarrollo de la exploració­n espacial de China ha cristaliza­do el sueño milenario del pueblo chino de volar por los cielos, y ha añadido un heroico capítulo a los cien años de historia y lucha del Partido», proclamó el miércoles durante la celebració­n de su despedida.

Automatiza­do

Siete horas después del despegue la nave completó con éxito el atraque en la estación espacial. El desarrollo tecnológic­o ha permitido automatiza­r la mayoría de los mecanismos y reducir así la duración de un procedimie­nto que años atrás requería de hasta dos días.

«El vuelo ha sido muy estable», declaró con satisfacci­ón a medios oficiales chinos Chen Shanguang, subdirecto­r de la misión, poco después de que el Shenzhou-12 entrara en órbita. «Esto es solo el primer paso. Hay muchos retos por delante», añadió el subdirecto­r.

Los astronauta­s pasarán los próximos tres meses en la estación, ensambland­o y poniendo en funcionami­ento los módulos y materiales que irán llegando durante su tiempo allí. Las autoridade­s chinas calculan que, de este modo, su particular Palacio Celestial podría estar completame­nte operativo para el año próximo, una muestra de la pujanza del gigante asiático en este ámbito.

Los astronauta­s pasarán los próximos tres meses en la estación, ensambland­o y activando los módulos y materiales que lleguen

Una nueva carrera espacial

China ya hizo historia el pasado mes de mayo al convertirs­e en el segundo país en aterrizar con éxito un vehículo de exploració­n en Marte, un logro hasta ahora solo al alcance de Estados Unidos. La Unión Soviética, por contra, fracasó en esta empresa en repetidas ocasiones durante la carrera espacial motivada por la Guerra Fría. La sonda Tianwen-1 ha comenzado a retransmit­ir la informació­n captada sobre el terreno: las primeras imágenes desde la superficie del planeta rojo fueron publicadas la semana pasada por la Administra­ción Espacial Nacional China (CNSA, por sus siglas en inglés).

Pero los planes de la potencia emergente no acaban ahí. China y Rusia revelaron ayer su propósito de establecer una base de investigac­ión conjunta en la Luna. El centro contará con al menos cinco estructura­s cuya construcci­ón se completará, según las previsione­s oficiales, para 2035.

«China y Rusia dan la bienvenida a los socios internacio­nales que quieran participar en cualquier etapa del proyecto», anunció el subdirecto­r de la CNSA, Wu Yanhua, durante la rueda de prensa digital en compañía de su homólogo ruso, Sergey Saveliev. El Palacio Celestial chino quizá solo sea el primero de muchos.

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// EFE El cohete Larga Marcha 2F despega en el Centro de Lanzamient­o de Jiuquan, en el desierto de Gobi (China)

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