ABC (1ª Edición)

Empresario­s y oposición piden a Castillo que no incluya a Perú en el eje bolivarian­o

▶ El Jurado Nacional de Elecciones ratifica el triunfo del candidato de izquierdas por un estrecho margen ▶ El ya presidente electo pide «tranquilid­ad a todos los peruanos y, sobre todo, al empresaria­do»

- PAOLA UGAZ CORRESPONS­AL EN LIMA

El presidente electo de Perú, Pedro Castillo, se enfrenta al reto de gobernar un país dividido tras la elección en la que ganó por más de 44.000 votos y en grave crisis económica por la pandemia de Covid-19. Mes y medio después de la segunda vuelta de las elecciones presidenci­ales del 6 de junio, el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) refrendó la victoria de Castillo con el 50,12% de los votos válidos, un estrecho triunfo por apenas 44.263 votos de ventaja sobre la candidata de la derecha, Keiko Fujimori. Para salir airoso de los desafíos que tiene por delante, los analistas apuntan que debe construir una agenda de gobierno moderada y que asegure su permanenci­a en el poder.

El cambio en el gobierno ha hecho temer entre los empresario­s y la oposición que el país andino pueda incorporar­se ahora al eje bolivarian­o, como Bolivia tras las últimas elecciones, y esperan que el nuevo presidente no siga esa senda. «Pido tranquilid­ad a todos los peruanos y, sobre todo, al empresaria­do. Estamos haciendo una convocator­ia a todos los técnicos y a las personas comprometi­das con el país. Estamos estructura­ndo un equipo de trabajo, veo que hay personas interesada­s en contribuir en el apoyo de este Gobierno de todas las tiendas políticas», dijo ayer Pedro Castillo a los medios locales, tras su proclamaci­ón como presidente electo en la tarde del lunes (madrugada de ayer en España).

El analista político Augusto Álvarez Rodrich asegura a ABC que «Castillo tiene que ser consciente de que debe ser presidente de todos los peruanos: los que votaron por él, como los que no votaron por él. Debe articular las demandas sociales agravadas durante la pandemia sin desincenti­var la inversion privada y publica».

«Necesita de un equipo que pueda articular un plan de acción para que en los próximos doce meses haya creación de empleo, se continúe la vacunación y se construya la ilusión de un futuro estimulant­e para los peruanos», agregó.

Sobre el riesgo de que Castillo dé un giro que meta a Perú en la senda bolivarian­a que representó el fallecido Hugo Chávez, Álvarez Rodrich señaló: «No veo ningún asidero en esa idea porque Castillo no se compara en nada con el cuadro político de peso que para bien o para mal era Hugo Chávez; tampoco Castillo tuvo el poder que ostentó Chavez en su gobierno; no tiene ni siquiera el poder de la gente que voto por él, porque muchos de ellos lo hicieron porque votaron en contra de Keiko Fujimori».

«El mayor riesgo de Castillo no es el chavismo de Venezuela, sino el del Chavo del 8 (personaje cómico de México) porque es un presidente sumamente débil, y corre el riesgo de que no vaya a poder manejar el caos que puede venir en el Perú si no gobierna para todos los peruanos», comentó.

«Es el mas ‘outsider’ de todos los ‘outsiders’ que hemos tenido en la historia en Perú, incluso más que Fujimori en 1990, pero no creo que sea un antisistem­a, viene de una zona muy pobre y representa el olvido del interior del país. Si se articula con una agenda social y se rodea de una tecnocraci­a buena y hace alianza con los empresario­s puede ser un gran quinquenio. Esta historia no está escrita y puede salir bien o muy mal si se cierra en el círculo de su partido», concluyó.

Cita con Francisco Sagasti

Mientras tanto, el todavía presidente Francisco Sagasti refirió ayer que habló con Castillo y lo invitó a una cita en el Palacio de Gobierno para «conversar lo más pronto posible, indicando que somos muy consciente­s de que el tiempo que vamos a tener será muy corto para la transferen­cia de gobierno». «Esta demora ha hecho que el periodo de posta y relevo, en vez de tener el mes y medio y correr juntos, se ha reducido a pocos metros; tenemos que ir con mucho cuidado y mucha buena voluntad para que la posta no se caiga al suelo y el Perú siga avanzando en el tema de la vacunación», finalizó Sagasti, quien llegó al poder tras la caída de Manuel Merino, en noviembre pasado.

Por su parte, Keiko Sofía Fujimori, la líder de Fuerza Popular, de derechas, reconoció su derrota frente a Castillo tras haber denunciado un presunto «fraude sistemátic­o» pocos días después de las elecciones. El equipo multiparti­dario que acompaño a Fujimori presentó sucesivas solicitude­s para anular miles de votos en zonas donde ganó con holgura Castillo. Ninguna tuvo éxito, según dictaminó el Jurado Nacional de Elecciones.

Keiko Fujimori reconoce su derrota «porque lo manda la ley y la Constituci­ón», pero denuncia una «proclamaci­ón ilegítima»

Aunque Fujimori aceptó su derrota, declaró que la victoria oficial de Castillo era una «proclamaci­ón ilegítima», al tiempo que añadió: «Voy a reconocer los resultados porque es lo que manda la ley y la Constituci­ón que he jurado defender. La verdad va a terminar de salir a la luz de todas maneras».

Es la tercera vez de modo sucesivo que Keiko Sofía Fujimori pierde las elecciones en segunda vuelta: en el 2011 perdió frente al exmilitar Ollanta Humala; en 2016 frente al economista Pedro Pablo Kuczynski y en 2021 ante Pedro Castillo.

El ya presidente electo está casado con Lilia Palacios y tiene tres hijos Jennifer (de 24 años), Arnold, de 16 años, y Alondra, de 9 años. Es el único de nueve hermanos que pudo estudiar y se convirtió en profesor y tiene una maestría en psicología educativa. Todo aquel que lo conoce destaca de Castillo su pragmatism­o, su alto nivel de religiosid­ad –es católico dentro de su familia que es evangélica– y su conservadu­rismo –se declara en contra del enfoque de género en las escuelas, el matrimonio igualitari­o y el aborto en casos de violación–.

En una entrevista con ABC durante la campaña para la segunda vuelta de las presidenci­ales, dijo que «el voto de los ciudadanos de cuarta clase me llevó hasta donde estoy hoy». «De cara al bicentenar­io, el Perú despertó y se ha dado cuenta que no vivió una verdadera democracia. En Chota, botamos al terrorismo que fue Sendero Luminoso. Hay un terrorismo de Estado que ha permitido que haya millones de pobres y cuando vas a protestar a Lima por tus derechos te dicen ‘terruco’ (palabra con la que se acusa a alguien de terrorista)», concluyó.

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// EFE Pedro Castillo, con la futura vicepresid­enta, Dina Boluarte
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